El menudeo, la tónica general del parque de las Bombas y aledaños

“El trapicheo en mi calle lleva produciéndose toda la vida, los camellos ya son unos vecinos más”´Éste es el relato de Vicenta, vecina de la calle Alpedrete, cuando se le pregunta por el tráfico de drogas de la zona.

Cualquier día, casi a cualquier hora, se puede conseguir droga entre la esquina de la calle Alpedrete, el puente sobre el río Guadarrama y el parque de las Bombas. De hecho, si vas en coche y miras fijamente a uno de los camellos, se acerca y te ofrece su mercancía.

Los traficantes que operan en esta zona son menores, la mayoría de origen marroquí. Siempre van bien vestidos y suelen guardan su mercancía en farolas, cajas de luz e incluso en las macetas del parque, por si son cacheados por los agentes policiales.

Los ciudadanos que van a este lugar a comprar droga, y muchas veces también a consumirla, mantienen un extraño código con los vendedores. Primero pactan cuántos gramos van a adquirir y posteriormente cierran el precio. Si hay gente en el entorno, la droga se deposita en las macetas del parque, y es ahí donde deben recogerla los clientes. Y si el trato se hace en la intimidad, con una mano les entregan la mercancía y con la otra recogen el importe pactado. Este tipo de operaciones se suelen realizar sobre todo por las tardes y tanto en días laborables como en festivos, ante la indignación de los ciudadanos, al comprobar la ausencia de vigilancia policial en esta zona.