Del ‘aguirrismo’ reciente al futuro inmediato del Partido Popular en la Sierra
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
El inesperado anuncio de Esperanza Aguirre de dimitir como presidenta de la Comunidad de Madrid ha sido sin duda la gran noticia de la semana, la que ha marcado el devenir informativo en la región. Todo ello en un contexto de crisis como el actual y con la vista puesta también en el que se perfila como su sucesor, tanto en la Real Casa de Correos como en el propio PP madrileño. Ignacio González tiene ante sí no pocos retos, y algunos de ellos están precisamente en la Sierra del Guadarrama y en general en la zona Oeste, habitualmente un granero de votos para los populares, aunque en las últimas elecciones municipales ya se vislumbraron síntomas de agotamiento, discrepancias mayúsculas o, directamente, derrotas de las que escuecen. Sin ir más lejos, todavía hay quién no se explica cómo el PP pudo perder en Torrelodones y quizá la respuesta no haya que buscarla demasiado lejos; en Guadarrama, la dirección regional pasó absolutamente de puntillas sobre la ruptura en el seno de los populares locales, lo que a la postre supuso la pérdida de la Alcaldía, amén de una lamentable guerra de guerrillas en versión política; es verdad que recuperó Cercedilla, logró una histórica victoria en Collado Villalba o gobierna con amplia mayoría en Galapagar, El Escorial o Collado Mediano, pero en cambio se perdieron plazas como Los Molinos y El Boalo. En las últimas semanas, por si fuera poco, se ha complicado el panorama en Becerril de la Sierra. Y esto ocurrió en un momento en que el viento soplaba de cara para el PP, todo lo contrario que ahora, sin que desde entonces se haya hecho un verdadero diagnóstico de la situación. Tampoco se puede pasar por alto la renovación que demandan municipios como Alpedrete, ni que probablemente haya otros en donde se cerrará una etapa y veremos marchar a munícipes habituales en nuestras páginas desde hace años.
El vacío que deja Esperanza Aguirre en el Partido Popular de Madrid es importante, y no sólo por su gestión al frente de la Comunidad, sino porque hasta el momento dominaba, por acción u omisión, un aguirrismo que no dejaba lugar a grandes fisuras. Ahora, con la ya ex presidenta alejada de la primera línea, no se puede esperar únicamente continuismo. También habrá que tomar decisiones.