El PSOE de Collado Villalba, más dividido que nunca
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Lejos de afrontar una necesaria etapa de regeneración tras la salida de José Pablo González, el PSOE de Collado Villalba continúa inmerso en una división interna que ha llevado a la fractura del grupo municipal, hecho que era evidente desde hace meses tanto en los plenos como en distintos actos públicos y que en las últimas semanas se ha hecho aún más explícito a través de las redes sociales, con la edil Rosana Crespo, apadrinada por el ex alcalde en las elecciones a la Secretaría General de la Agrupación -en las que finalmente se proclamó vencedor Juan José Morales-, como más activa en sus ataques al sector que más crítico se mostró con la labor del ex alcalde. La que fuera responsable de Cultura y Deportes no dudó en decir que la reunión postvacacional del grupo de concejales del Ayuntamiento estuvo llena de “sandeces y falta de criterio político”.
Como informamos en la página 5 de esta misma edición de El Faro del Guadarrama, el último episodio en este enfrentamiento ha venido marcado por la decisión del secretario general del PSOE villalbino y portavoz del grupo municipal, Juan José Morales, de retirar las retribuciones a Belén Sánchez y Luis García del Hueso, dos de los más activos defensores del josepablismo estos últimos años. De este modo, de los más de 26.000 euros anuales que venían percibiendo, se quedarán en poco más de 7.500 en concepto de dietas, decisión que ha acabado por dinamitar las relaciones en la bancada socialista, amén de confirmar lo indignados que se han sentido estos concejales en cuanto han tocado las cantidades que venían percibiendo, tal como han manifestado en un escrito remitido al Ayuntamiento en los primeros días de agosto.
En una situación como la actual, en la que se requiere unidad para hacer frente a la crisis, el PSOE de Collado Villalba está dando ejemplo de todo lo contrario, dejando al descubierto las ansias de poder que aún muestran quienes durante años arroparon más fielmente a José Pablo González, sin realizar siquiera la más mínima autocrítica. Incapaces de asumir la victoria de Morales en los comicios internos, parecen empeñados en actuar como un grupo paralelo, al margen de las decisiones de su secretario general, en un amago de rebelión que no hace ningún bien a la ya de por sí deteriorada imagen del socialismo local, víctima demasiados años del despotismo y de unos vicios que continúan mediatizando la manera de actuar de algunos de sus miembros.