Mantener la calma
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Aunque ahora lo parezca España no es pobre; solamente menos rica de lo que muchos nos habíamos creído cuando Rodríguez Zapatero nos garantizaba un día sí y otro también un crecimiento irrefrenable que veíamos real en aquellos numerosos dispendios llevados a cabo por su Ejecutivo, que después hemos podido saber que eran a crédito. Ahora pagamos aquellos excesos, y quienes antes votaban a ZP y se entusiasmaban con su optimismo patológico, ahora parecen dispuestos a revolucionar España contra los drásticos recortes que ha tenido que llevar a cabo el gobierno de Rajoy. Alfredo Pérez Rubalcaba que conoce muy bien como dejó Zapatero España tras casi ocho años de gobierno, prueba de ello fue el castigo recibido por los socialistas en las urnas el pasado 20N, debería enfriar los ánimos de sus incondicionales y llamar a la serenidad de la izquierda porque, con los sindicatos hablando de gasolina en las calles, el país puede verse envuelto en una violencia no recomendable y tampoco necesaria.
Mariano Rajoy curiosamente llegó al Gobierno con un programa más socialdemócrata que el presentado por Rodríguez Zapatero, tanto en la primera como en su segunda legislatura, pero se encontró con un déficit que era superior al 50 por ciento del esperado. Ante este desastre ha cambiado radicalmente.
Por la responsabilidad que adquirió subsidiariamente en la creación de esta situación y la que tiene ahora para calmar la reciente ira general de los ciudadanos afectados, Rubalcaba debe llamar a la serenidad de la izquierda y a la tranquilidad, porque este rico país volverá al buen camino si mantiene la calma.