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“Así es el urbanismo que queremos: sostenible y que potencie los servicios y equipamientos para los vecinos”

“Así es el urbanismo que queremos: sostenible y que potencie los servicios y equipamientos para los vecinos”
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h

Hace dos semanas, el alcalde presentó Los Altos de La Navata -operación en la zona conocida como La China- como “la gran oportunidad para lograr el progreso y el avance de Galapagar”. Un desarrollo que aún está en su primera fase (el pleno aprobó inicialmente la modificación puntual de las Normas Subsidiarias) y que, en cifras, se traduce en un desarrollo de casi 360.000 metros cuadrados. El regidor galapagueño, Daniel Pérez Muñoz (PP), explica las claves de este proyecto.
¿Hasta que punto es esta actuación la oportunidad que necesita Galapagar?
Es un proyecto decisivo. Que en las circunstancias actuales alguien haya elegido Galapagar para invertir 100 millones de euros es una oportunidad que no podemos dejar escapar. Su puesta en marcha dará trabajo a unas 3.500 personas, además de que después se crearán más empleos en el colegio, el área comercial, el club social y deportivo y las propias viviendas. Es una oportunidad para la creación de empleo y también de nuevos equipamientos y servicios.
El desarrollo de esta actuación se va a hacer a través de una modificación puntual de las Normas Subsidiarias. ¿Ofrece este proceso el mismo nivel de garantías que la tramitación de un Plan General?
Absolutamente, y además con mucho más detalle, porque el Plan General se refiere a todo el municipio y los informes que se harán aquí se centrarán en una zona más concreta. Tiene todas las garantías de que no se va a hacer ninguna actuación irregular, sino todo lo contrario, porque tiene que pasar todos los trámites tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad de Madrid.
En todo caso, la primera toma de contacto con la Administración regional ha sido positiva...
Sí, porque este proyecto va a suponer un crecimiento de sólo un 4 por ciento respecto al número total de las 14.000 viviendas que hay actualmente en Galapagar. Ahora hay 14.000 viviendas. Y en términos de población se prevé un aumento del 6 por ciento, que son 2.000 personas en 10 años. Es un crecimiento muy moderado, y además en urbanizaciones cerradas, minimizando los costes para el Ayuntamiento, con grandes calles y avenidas, zonas verdes, parques públicos, carril-bici, sendas que conectan con el Parque Regional, un centro comercial, una zona educativa, otra deportiva... No sólo hay viviendas, sino equipamientos y servicios que Galapagar necesita y que a día de hoy no podemos contar con ellos. Y además hay que tener en cuenta que de las 652 viviendas, el 40 por ciento tendrá algún tipo de protección y estarán dirigidas a jóvenes.
Sin embargo, la oposición votó en contra y el PSOE e IU ya hablan de la vuelta del ladrillo.
Lo que no podemos hacer, y más en la situación que vivimos, es desdeñar una inversión como esta, un proyecto sostenible con el medio ambiente. 100 millones de euros para dar servicios, equipamientos y todo lo que esto conlleva. Si lo que proponen en esta zona es meter industria, ya les digo que jamás. Bajo ningún concepto. Estamos hablando de un urbanismo no masificado, con sólo una vivienda por cada 550 metros cuadrados, protegiendo el Parque Regional del Guadarrama. También hay que tener en cuenta que lo que algunos llaman el ladrillo da puestos de trabajo a albañiles, carpinteros, electricistas, fontaneros y también a tiendas de muebles, jardineros, empresas de seguridad, jóvenes que se podrán emplear en el sector servicios, profesores, cocineros, etc. Oponerse a esto es muy complicado, porque lo paradójico además es que ellos cuando llegan a otros municipios hacen ese ladrillazo, ese urbanismo depredador que denuncian. Pero luego se van a vivir a zonas como Galapagar, Las Rozas, Boadilla, Pozuelo...
¿Se trata también, como ya comentaron en la presentación del proyecto, de cerrar la trama urbana y acabar con la fractura existente entre el casco y La Navata?
Aquí hay una isla de unos terrenos que no se utilizan para nada y están en mitad de La Navata, zona que está desarrollada. Es una pieza del gran puzzle que es Galapagar y que tendremos que desarrollar completamente a través del PGOU. Este es el urbanismo que queremos: sostenible, integrado en el medio ambiente, que potencie actividades de servicios y equipamientos. Es el modelo que queremos implantar y que no se crezca como se ha venido haciendo, que es en altura, con edificios de bajas calidades e incluso infraviviendas. Y ya anuncio que el siguiente paso será dar un giro radical al urbanismo en el sentido de que vamos a aprobar los próximos meses una nueva ordenanza general urbanística, con unos parámetros que serán muy parecidos a los de La China.
¿Y en cuanto al colegio?
Pretendemos ceder el suelo dotacional educativo a la Comunidad de Madrid para la construcción de un colegio concertado, porque es el único tipo de educación con el que actualmente no contamos. Las mismas oportunidades que tienen los habitantes de otras poblaciones las tienen que tener mis vecinos.
¿Cómo se concretan entonces los plazos de este proyecto?
Ahora el periodo de exposición pública, que será de 60 días frente a los 30 que marca la ley. Al menos un año para la tramitación administrativa, otro año y medio para completar la urbanización, y a partir de ahí podrá comenzar el desarrollo. Todo esto podrá estar completado en unos 10 años. Y hay algo que quiero dejar muy claro, y es que no gobierno para ganar las próximas elecciones, sino para mejorar Galapagar. No sé si esto mejorará o empeorará las expectativas de voto que tengamos, pero me da igual, porque es bueno para nuestro municipio y sobre todo para los jóvenes. He dicho siempre, y lo mantengo, que Galapagar es un pueblo de oportunidades, está todo por hacer, y aún en momentos de crisis hay gente que confía en Galapagar. Lo hacen porque hay un gobierno creíble.Cuando hay gente seria trabajando, hay inversión.
¿Cómo encaja esto en el contexto actual que se vive a nivel general?
Sólo un dato: en España está ocurriendo lo que pasó en Galapagar hace casi cuatro años, en octubre de 2008. Cuando llegamos al gobierno nos encontramos con que a los 20 días nos cortaron la luz, y además el interventor, el tesorero y los sindicatos decían que en unos meses no se podrían pagar las nóminas. Jamás volverá a pasar algo parecido: la deuda está refinanciada, se paga a todos los proveedores, hemos pasado de la noche al día, y eso es lo que va a pasar también en España con el Gobierno de Mariano Rajoy.
En cuanto a las reuniones con los vecinos que se pueden ver afectados, ¿qué les transmiten?
Esa ha sido otra idea fundamental en este desarrollo: la transparencia. Los vecinos de las urbanizaciones limítrofes nos plantean sus dudas, sus sugerencias, y nosotros estamos tomando nota y por supuesto que tendremos en cuenta sus aportaciones. No hay nada que esconder, todo lo contrario. Estamos cambiando Galapagar para mejor y los vecinos tienen que ser protagonistas en este proyecto. Las urbanizaciones vienen con cierto recelo, y no me extraña que tengan dudas e incluso piensen mal teniendo en cuenta lo que se ha hecho en Galapagar durante 30 años, que ha sido un despropósito, por decirlo de forma suave. Pero cuando les enseñamos este concepto se van mucho más tranquilos.

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