El yacimiento de ‘El Beneficio’, declarado Bien de Interés Cultural
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
La Comunidad de Madrid ha declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el yacimiento arqueológico de El Beneficio, en Collado Mediano, a los pies de la Sierra de Guadarrama. El Consejo de Gobierno reunido ayer aprobó esta declaración en la categoría de Zona Arqueológica, avalada por el Consejo Regional de Patrimonio Histórico.
En rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno el vicepresidente y portavoz del Gobierno regional, Ignacio González, destacó que el yacimiento, desde un punto de vista cronológico y funcional, constituye el ejemplo más significativo y mejor conservado, descubierto hasta la fecha, de establecimiento aislado, asociado al entramado viario de época romana de la Comunidad de Madrid.
Ignacio González explicó que el interés histórico de El Beneficio, así como su valor científico y educativo justifican sobradamente la declaración como Bien de Interés Cultural, lo que hará posible proseguir su acondicionamiento para la visita pública y continuar los trabajos de investigación y restauración, que se vienen desarrollando desde el año 2003.
Una posada romana
El yacimiento de El Beneficio es un conjunto arqueológico de época romana descubierto a principios del siglo pasado a raíz de unas explotaciones mineras. Está configurado por un edificio y un trazado viario asociado que, según la investigación arqueológica, parece corresponder a los restos de una masio o mutatio, una posada asociada al itinerario XXIV de Antonino, un camino de largo recorrido que enlazaba Mérida con Zaragoza, describiendo un enorme zig-zag por la zona centro de la Península.
El edificio de planta cuadrangular de 15x15 metros aproximadamente, se articula en torno a un patio central que ordena una serie de dependencias y estancias destinadas al servicio del viajero. Se han localizado al menos tres fases de construcción y uso fechadas entre los siglos II y VI d.C.
Esplendor y abandono
Por las excavaciones realizadas se sabe que el establecimiento conoció una etapa de máximo esplendor en torno al siglo IV d.C. y que fue violentamente destruido a principios del siglo V d.C. Posteriormente tuvo un uso residual acondicionado como vivienda, más tarde como necrópolis, para ser totalmente abandonada en el siglo VI d.C. Junto al edificio, el conjunto arqueológico se completa con restos de un trazado viario, en parte empedrado, que debió dar acceso y servicio a la posada. Entre los elementos arqueológicos exhumados destacan piezas cerámicas características de la época romana y un conjunto numismático.