El ‘efecto Ángel Díaz’ también empuja al Villalba hacia Tercera

Ángel Díaz cumplirá en diciembre 38 años, pero esa edad crepuscular en el fútbol sigue sin restarle puntería. Sus dos últimos goles han servido para salvar virtualemente a su equipo, el Torrelodones, y empujar a su ex, el CUC Villalba, hasta la misma puerta de la Tercera División. El primero, un golpe franco de manual, tumbó al Torrejón y aupó a Villalba y Santa Ana al coliderato; el segundo, un centro chut “que fue como el de Roberto Carlos al Tenerife, por el efecto que cogió”, explica, sirvió para restar dos puntos al Santa Ana en su propio campo (1-1), y poner en bandeja el liderato en solitario al Villalba, que no perdonó por la tarde ante el Aravaca (2-0). Esa diana dejó a su equipo casi con todos los deberes hechos, a falta de poner el broche este domingo. “Tenemos 37 puntos, siete más que el descenso, y hay duelos directos. Creo que ya estaría hecho, pero hay que aprovechar la racha -nueve jornadas sin perder- y asegurar ganando al Villanueva del Pardillo”. El choque, vital para la supervivencia del Villanueva de Rodolfo Urías, se jugará en el Julián Ariza a las 12, sin Iván Villar, al que le tuvieron que colocar la clavícula por una mala caída en Fuencarral. Carlos, el portero suplente, será titular también por méritos propios, tras pararle todo al Santa Ana, incluido un penalti.

El efecto Ángel Díaz, único futbolista que ha estado en dos etapas tanto en Torrelodones como en el CUC Villalba, al que llegó procedente del Colmenar nada más consumarse el anterior ascenso villalbino a Tercera, ha dejado en una situación casi idílica a los amarillos. “Tengo muchos amigos allí y, sí, esta semana me han mandado mensajes y me han llamado. Yo les digo que todavía hay tiempo para otro regalo, porque nos queda el San Fernando”. Los de David Gordo intentarán no esperar a esa última jornada. Visitan al Tres Cantos -11:30 horas- con un colchón de dos puntos y con la moral del buen juego mostrado ante el peligroso Aravaca. Gerardo podría volver a la convocatoria.