Los aullidos de Lobo Cojo

“Parece ser que lo de la tala de árboles de Honorio Lozano, llevada a cabo la semana pasada por los operarios de la UTE que está construyendo el parking subterráneo, es algo así como la gota de agua que rebasa el vaso de los despropósitos medioambientales que han tenido lugar en este municipio en los dos últimos años”, nos dice un Lobo Cojo bastante ofendido. “Y lo más grave es que este nuevo arboricidio se ha hecho con prepotencia, nocturnidad y tintes de cachondeo. Me explico: según mis confidentes, las sierras mecánicas actuaron al cobijo de la penumbra y sin miramiento alguno dejaron los 13 árboles dilapidados sobre las zanjas de una calle cada vez más siniestra. Para demostrar su prepotencia, los autores de esta tala, que, al menos hasta ahora, ni siquiera el Ayuntamiento ha dicho que contase con la pertinente licencia municipal, se pusieron a hacer tronquitos que suponemos servirán para alimentar las chimeneas de vaya usted a saber quién. Pero en fin, al final, como suele ocurrir en estos casos, se anunciará la plantación de tropecientos nuevos árboles para intentar aplacar los ánimos de quienes han visto cómo se cercenaba la vida de unos ejemplares que tenían más de 20 años y cuyo único pecado fue caer en manos de unos desaprensivos a los que les importa un bledo la destrucción medioambiental y paisajística de un municipio que les va a ceder durante 40 años la explotación de un negocio cuyos beneficios se calculan muy interesantes. Y es que de desagradecidos está el mundo lleno”.