El asesino confeso de la joven Avellaneda afirma ante la Guardia Civil que la mató “en un arrebato”

Desde que el pasado domingo, Carolina y Mario, madre y padrastro de la joven, junto a sus amigos empapelasen literalmente Collado Villalba con la foto de Avellaneda, los vecinos especulaban sobre lo que le podía haber pasado a una chica a la que califican como “buena y responsable”. Había desaparecido la noche del pasado viernes, cuando salió del bar de ambiente latino que regentan sus padres (el karaoke Rancho Merengue, situado en el barrio de El Gorronal) para hablar por teléfono y no se supo más de ella.

Sus padres denunciaron esta desaparición ante la Guardia Civil y relataron que habían visto un coche de color amarillo estacionado frente a su bar, lo que le había llamado la atención a Carolina. También habían indicado que, tras llamar insistentemente a su hija, había apagado el teléfono o “se lo habían apagado”.

Las investigaciones se intensificaron el pasado lunes al comprobar que la joven dominicana no se había comunicado con nadie y su teléfono continuaba apagado. Los agentes interrogaron a amigos y familiares de Avellaneda para comprobar si alguno estaba relacionado con su desaparición y preguntaron si conocían a alguien con un vehículo similar al descrito por Carolina. De esa manera dieron con Joaquín E. Z., quien contaba con una coartada que no se sostenía, ya que dijo haber estado con otro amigo, hecho que éste desmintió.

El joven colombiano también contaba con antecedentes penales por agresión a su ex novia, cuando hace unos meses la golpeó y amenazó con una navaja. Su entorno lo califica como muy posesivo y celoso.

La Guardia Civil citó por segunda vez a este individuo y nada más comenzar el interrogatorio pidió un abogado, confesando que había matado a golpes a la menor, tras lo cual les condujo hasta el camino de los Barrizales, una vía de tierra que une Alpedrete con Collado Mediano. El cuerpo estaba a unos 500 metros de las primeras viviendas y no se veía desde el camino.

Al parecer, Avellaneda había mantenido una relación de pocos meses con su asesino confeso. Él se había obsesionado con ella, llamándole constantemente pese a las negativas de la joven.

El supuesto criminal era desde el primer momento el principal sospechoso, ya que la Guardia Civil contaba con la lista de llamadas realizadas al teléfono de Avellaneda y pudieron comprobar que Joaquín había realizado numerosas en los últimos días, las cuatro últimas la noche del homicidio.

Según el circulo más cercano a la familia de la joven, sus padres están destrozados. Concretamente, su madre ha tenido que ser medicada debido al ataque de ansiedad que sufrió el pasado miércoles, cuando fue encontrado el cuerpo sin vida de su hija.

Un golpe en la cabeza
Según las primeras investigaciones, Avellaneda fue asesinada la misma noche del viernes a causa de un golpe en la cabeza. La autopsia, practicada ayer en el Instituto Anatómico Forense, determinará si hubo abuso sexual.

El juez ha decretado el secreto de sumario y la investigación en torno a este asesinato continua abierta. El asesino confeso continuaba ayer en las dependencias de la Guardia Civil, donde confesó que mató a la joven dominicana en un arrebato, después de que ella no accediera a sus pretensiones.

Mientras, amigos y vecinos de Collado Villalba se han acercado al bar-karaoke de sus padres, donde de manera improvisada frente al local se han ido depositando velas, flores y mensajes en recuerdo de la adolescente asesinada.