José Tomás hace el toreo de siempre, pero falla el ganado
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
La suerte le ha sido esquiva a José Tomás durante este mes de agosto. Levanta pasiones por donde pasa, se le espera con anhelo y devoción, pero la mala elección de las ganaderías está haciendo que no se le pueda ver en toda su plenitud.
El torero más grande debe estar ante las mejores divisas porque ha matado mucho toro manso, sin raza y sin la emoción que siempre demanda el propio torero. José Tomás hace el toreo, pero con una borrica es imposible triunfar.
Es verdad que no siempre ha sido así. En Gijón cuajó una prodigiosa faena ante un toro de Salvador Domecq al que toreó a placer sobre ambas manos, pero en esta ocasión la punta de la espada se llevó el segundo trofeo que le hubiera abierto la puerta grande. Sus naturales tan sentidos, tan profundos, resultaron excelsos y con la verdad que le caracteriza..
En Bayona se estrelló con un mal lote de Jandilla. Con todo, logró imponerse a un toro y robarle una oreja a base de exponer y pisar terrenos comprometidos cuando nadie daba nada por el astado. Ni un pero se le puede poner a la actuación del torero de Galapagar, que dio todo ante toros que merecían muy poco.
Su cita de Ciudad Real el 19 de agosto estuvo empañada por el descastadísimo juego de los toros de Torrehandilla, prácticamente sin lucimiento alguno.
El público le trató con mucho cariño, paseó una oreja ante un ejemplar noble y con poca chispa. Varios naturales tuvieron el reflejo de su tauromaquia, pero el toro le ayudó muy poco. Firmó pasajes muy personales y toreó despacio y con solemnidad.
Linares, el pasado lunes 29 de agosto, fue otra de las grandes tardes de la temporada del torero serrano. El juego de los toros de Las Ramblas fue una ruina, pero el de Galapagar levantó una faena notable de un toro que a priori parecía imposible cualquier lucimiento. Al final, le toreó a placer sobre ambas manos, provocando emociones en el tendido gracias a su hondura y a su arrolladora personalidad. Esta vez el capricho presidencial le hurtó un segundo trofeo pedido por abrumadora mayoría. Paseó una oreja de muchísimo peso.