El maestro de entrenadores que rozó la gloria con el Leganés

Licenciado en INEF, funcionario en el Ayuntamiento de Alcorcón y profesor del Colegio de Entrenadores, David Gordo acumula un historial poco usual para alguien de poco más de 40 años de edad. Con sólo 28, ascendió a Tercera División al Atlético de Pinto en junio de 1999, para después clasificar al Móstoles en dos ocasiones para los play-off a Segunda B. Esa meteórica trayectoria le llevó en 2002 hasta el banquillo del club de su ciudad, la RSD Alcalá, donde hizo debutar en Segunda B, entre otros, a Quini, hoy el goleador revelación de Segunda con el Alcorcón. Precisamente el club amarillo sería la siguiente estación de Gordo en Segunda B. Llegó a Alcorcón tras salvar al Alcalá en una durísima promoción de descenso ante el filial del Real Betis, y manejó en Santo Domingo durante dos temporadas a futbolistas como Íñigo López, Néstor Susaeta o Rubén Sanz, parte del núcleo del Alcorcón que cuatro años después vapulearía al Madrid en la Copa del Rey. Ya avalado por su palmarés, su destitución en la segunda temporada en el Alcorcón no impidió que el Leganés le contratase para dirigir su proyecto de ascenso a Segunda División. Gordo llegó a situar al equipo líder, por delante del Cartagena, pero la trayectoria de campeón se torció en las últimas jornadas: el Leganés cayó a la tercera plaza, tras una racha de dos victorias, cuatro empates y tres derrotas, entre ellas un sonoro 0-6 del Alcorcón que motivó su destitución, con el equipo clasificado para el play-off. La decisión, criticada desde diversos sectores, no enderezó a un Leganés que dijo adiós al ascenso encajando un 5-0 a pies del Real Jaén. También, cortó de raíz la progresión de Gordo, que manejaba ofertas para entrenar en Segunda División.