Sonrisas y lágrimas para el PP en vísperas de la constitución de las nuevas corporaciones municipales
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Esperanza Aguirre acudirá mañana a Collado Villalba para respaldar con su presencia la toma de posesión de Agustín Juárez en Collado Villalba, tras la aplastante victoria conseguida en las elecciones del 22 de mayo. Se trata sin duda de la mayor alegría para los populares en esta zona, amén de mantener los consistorios de Alpedrete, San Lorenzo, El Escorial, Collado Mediano, Becerril o Moralzarzal, entre otros. Sin embargo perderán alcaldías -salvo sorpresas de última hora, que todo es posible en terreno de pactos- como las de Los Molinos o El Boalo, sin olvidar que Navacerrada aún está en el aire y que en otras localidades tendrán que gobernar en minoría o con acuerdos de los que hasta ahora no necesitaban. Pero sin duda los casos que más invitan a la reflexión están en Guadarrama y Torrelodones. En el primero de estos municipios todo apunta a que la regidora, Carmen María Pérez del Molino, que asumió el cargo en agosto de 2008 como integrante del PP, ahora lo hará al frente de APPG, consecuencia de la crisis interna que ha dejado al Partido Popular con apenas seis ediles y que fue pésimamente gestionada, tal como las urnas se han encargado de ratificar.
En Torrelodones en cambio no hubo fractura externa, pero sí interna: el alcalde saliente, Carlos Galbeño, iba por un lado y la Ejecutiva, encabezada por Gádor Ongil, por otro bien distinto, con unas relaciones marcadas no por el distanciamiento, sino por la más absoluta frialdad. La solución Laorden se reveló a la postre insuficiente, máxime con una campaña de baja intensidad y sobre todo por el equipo que le acompañaba, que parecía mirar únicamente en una dirección, emprendiendo una precipitada renovación que pasó por encima de la mayor parte de los ediles del Equipo de Gobierno. Este tipo de procesos, señaló esta semana Laorden, tienen sus costes, y es cierto, pero ha sido el PP torrelodonense, de la mano de sus dirigentes, el que se ha metido en este callejón sin salida, optando por una limpia absoluta antes que por un intento de dar cabida a los distintos sectores del partido en la localidad. Es, en definitiva, la mejor muestra de que este tipo de bicefalias políticas no funcionan, y menos en el Partido Popular, como se ha demostrado de forma histórica. Capítulo aparte merece el sí pero no, o al revés, de Vecinos por Torrelodones, acTÚa y PSOE, llegando a un acuerdo para dar la Alcaldía a Elena Biurrun (VxT), pero asegurando a la vez que no existe ningún pacto, lo que, en términos de gobernabilidad, es tan ambiguo como peligroso.