Hay que creer en Europa
Marcelino Agis (*) Profesor de Filosofía
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
AAunque muchos es posible que lo ignoren, el pasado lunes se celebró el Día de Europa. Esta fecha fue elegida para conmemorar la creación de la primera comunidad del carbón y del acero. Fue el 9 de mayo de 1950 y, más que formar un pacto económico coyuntural, los países europeos sentaban las bases del que después sería la Comunidad Económica Europea, hoy Unión Europea.
El cuerdo para festejar un Día de Europa se adoptó en una cumbre de mandatarios europeos celebrada en Milán en el año 1985, coincidiendo con el centenario del gran político europeísta francés Robert Schuman, nacido curiosamente también un 9 de mayo. Nadie discute que Europa como cultura e incluso como idea es muy anterior a su articulación económica y política. Suele decirse que la cultura europea es el crisol en el que confluyen la filosofía griega, el derecho romano y el cristianismo. Son, en efecto, los trazos gruesos de nuestra identidad cultural, a los que obviamente hay que añadir las mil y una pinceladas que dibujan nuestra propia personalidad. Cuando uno festeja el día de su cumpleaños, acostumbra a pedir un deseo antes de apagar las velas de su tarta. También yo he querido pedir un deseo en el día de los europeos, desde mi ciudad, Santiago de Compostela, tan unida al espíritu y destino de Europa: que creamos en ella, simplemente. Pues si lo hiciéramos estoy seguro que cada gobernante europeo dejaría de obrar en clave nacional, olvidando que la verdadera fuerza de cada uno de nuestros países está en la fortaleza y en la unidad de Europa.
Hemos conseguido la unidad económica, monetaria, educativa, incluso política. Ahora falta lo más difícil: que nos lo creamos.