El Real Centro Universitario Escorial - María Cristina, pionero en España en la formación en Quiropráctica
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
El Real Centro Universitario Escorial - María Cristina imparte, desde octubre de 2007, el Título Superior Universitario en Quiropráctica, en colaboración con la Asociación Española de Quiropráctica (AEQ). El jefe de estudios, Ricardo FUJIKAWA , explica las claves de esta novedosa formación en España.
¿Cuál es la situación actual de la formación quiropráctica en España?
La formación en quiropráctica es novedosa en España, aunque no es así en otros países como Estados Unidos, donde hablamos de una formación que lleva más de 100 años de tradición. De hecho, en España actualmente todos los quiroprácticos que ejercen esta profesión proceden de universidades extranjeras, principalmente de EE UU.
Con el fin de formar a profesionales en nuestro propio país, se comienzan a desarrollar en el año 2007 en el Real Centro Universitario Escorial-María Cristina los estudios en quiropráctica; un título propio y privado, ya que esta profesión en España carece de leyes que por ahora la regulen. En países vecinos como Portugal, Italia o Francia la profesión está ya regulada, por lo que creemos que será simplemente una cuestión de tiempo que eso mismo pase en España.
Volviendo al contexto de la formación formación, estos estudios son largos, hablamos de 5 años, pero esto, claro está, no es exclusivo de España. En otros países como Inglaterra, donde hablamos de un título oficial, son cuatro años de grado y uno de máster. En Dinamarca ó Francia son seis años de formación. Se trata, en definitiva, de formar a un profesional que trabaja con la columna vertebral, mejorando a través de ella las funciones vitales.
Creamos los estudios en 2007, con un préstamo curricular de la Universidad de Bournemouth, en el sur de Inglaterra, con gran tradición en la formación de quiroprácticos. Hemos desarrollado un convenio marco para poder utilizar su currículum añadiendo en nuestro caso la realidad social española. Construimos así un programa de cuatro cursos académicos más uno clínico; es decir, un modelo que se ajusta mucho a las directrices de Bolonia. Buscamos formar a un profesional competente para el ejercicio de la quiropráctica.
¿Cuál es el balance que se puede hacer hasta el momento de estos estudios en la Universidad María Cristina?
El balance es bueno, de hecho la primera promoción terminará sus estudios en 2012. Este primer grupo está formado por 29 alumnos muy ilusionados, que ya comienzan su preparación para el quinto curso, en el que prácticamente la totalidad de su formación se basará en la asistencia clínica, con supervisión, parecido a los estándares de formación médica. Para ello tendrán antes que superar el examen de competencia clínica. Hay alumnos que serán los primeros quiroprácticos de su comunidad, como en el caso de Extremadura.
¿En qué consiste exactamente la quiropráctica?
La quiropráctica parte del hecho de que todo lo que hacemos está controlado por el sistema nervioso. D. D. Palmer, creador de la quiropráctica, percibió que los nervios se comunican con todos los órganos, son los cables que parten de la médula espinal. Cuando yo pongo la mano sobre una superficie caliente, automáticamente mis sensores captan el calor y envían una orden para quitar la mano. Todo eso funciona a través del sistema nervioso. Cuando la columna pierde su posición normal, las vértebras pueden provocar una alteración o fallo de comunicación a través del nervio. Hay gente que va al médico con problemas respiratorios o de estómago y reciben la etiqueta de que son problemas psicosomáticos, sin plantearse que tal vez el problema pueda estar en la columna. Es mi caso, que soy licenciado médico, tenía serios problemas de asma, y tras la atención quiropráctica mejoré mucho, porque encontraron que había una relación muy estrecha entre la columna y el pulmón. En otros casos también se ha descubierto que se puede aplicar a las lumbares en personas con hernia de disco.
¿Se pueden aplicar estos conocimientos también a la práctica deportiva?
En España aún no es algo muy extendido, pero es muy frecuente en los Juegos Olímpicos que delegaciones como las de Suiza, donde esta disciplina está regulada desde 1940, sí lleven un quiropráctico en su grupo. También en Inglaterra, porque no sólo sirve para tratar las lesiones, sino que ayuda a mejorar el rendimiento.
¿Y cual es el grado de introducción de la quiropráctica dentro de la atención hospitalaria?
Depende del país. En Canadá está muy integrada, por ejemplo en el Hospital Universitario St Michael’s de Toronto, donde hay una unidad especializada en quiropráctica. La tendencia actual es a una visión multidisciplinar, de modo que el quiropráctico no trabaje aislado, sino con un fisioterapeuta, un médico, enfermeras o psicólogos. En países como Arabia Saudí también se integra como unidades hospitalarias.
En otros casos como Brasil, por ejemplo, poco a poco la quiropráctica se ha ido incorporando a los Centros de Salud. El Gobierno de ese país se dio cuenta que los pacientes con dolor de espalda volvían antes a su trabajo cuando consultaban a un quiropráctico, de modo que el absentismo laboral disminuía, algo que también ha ocurrido en países como Nueva Zelanda y Canadá.
¿Hay puntos en común con la fisioterapia?
Realmente la quiropráctica está más cerca de la medicina que de la fisioterapia. Un paciente con dolor de cabeza no va a un fisioterapeuta, sino a un quiropráctico, que hará un diagnóstico, y si el problema no lo puede tratar él, entonces derivará al médico especialista.
¿Cómo es la formación que se ofrece en el Real Centro Universitario María Cristina?
Tenemos capacidad para 30 alumnos por grupo. Nos basamos en el modelo de Bolonia, centrándonos en el alumno. La metodología consiste en plantear problemas o trabajos a los alumnos y ellos tienen que buscar las respuestas, de modo que el profesor facilita el acceso a la información que necesitan, y ayuda a comprender los conceptos que queremos que adquieran. Trabajamos con un método pedagógico moderno y personalizado. En materia de prácticas, contamos con nuestro propio Centro Quiropráctico Universitario.
Por otro lado, estamos llegando a acuerdos con escuelas y universidades internacionales, de Estados Unidos y América Central y del Sur, para que nuestros alumnos puedan realizar estancias en ellas, además de promover también visitas humanitarias, trabajando con entidades como Cruz Roja.
Para terminar, ¿qué futuro le aguarda a la quiropráctica?
La quiropráctica comparte esa visión vitalista de que fuimos creados para la autorregulación, de modo que los tratamientos se alejen de las pastillas y la cirugía para buscar una visión de salud global. La persona no es un brazo o un codo, sino un todo. Vemos que donde la quiropráctica se instala el crecimiento es rápido, como ha ocurrido en Brasil y otros países. La tendencia en España es similar, porque también es una formación con muchas oportunidades laborales. Casi todos los quiroprácticos tardan aproximadamente un año en establecer su consulta.