El Ayuntamiento permitió que los constructores del túnel-parking ‘ahorrasen’ más de 600.000 euros
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Según recoge ABC en su edición del pasado miércoles, el alcalde de Collado Villalba ‘ahorró’ 600.000 euros a los constructores del túnel-parking de Honorio Lozano, añadiendo que “el regidor villalbino dio por bueno un informe sin visar para que el empresario no tuviera que pagar por llevar los restos de la obra a un vertedero”. Esta noticia ha sido la que ha provocado que el Partido Popular acuda a los tribunales de Justicia para que se investigue la relación del regidor local y otros miembros del Equipo de Gobierno con el propietario de la empresa Cover, con quien compartió alojamiento en un hotel del Principado de Andorra en las navidades de 2006-07, tras haberle adjudicado esta obra en marzo de ese mismo año.
La información del rotativo madrileño sobre este nuevo asunto, que ha sido ya incluido dentro del denominado ‘Caso Villalba’, es la siguiente: “Una decisión del Ayuntamiento de Collado villalba permitió que la UTE Ortiz-Cover, adjudicataria de las obras del túnel de Honorio Lozano, pudiera ahorrarse algo más de 600.000 euros al finalizar la construcción de la infraestructura. El Consistorio que dirige el socialista José Pablo González dio por bueno un informe topográfico que ni siquiera estaba visado -ni sellado- por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos en Topografía sobre el estado de la finca del Caño de la Fragua [Montecover]. Resulta que el Consistorio villalbino cedió este suelo a la constructora para que pudiera depositar allí toda la tierra extraída de la obra del subterráneo de los 40 millones de euros. La ocupación temporal se autorizó con una sola condición: que al concluir la obra, la constructora dejara esos terrenos en el mismo estado en que los encontró. Es decir, sin el montón de tierras generadas por la obra del túnel. Según consta en el registro municipal, con fecha 3 de mayo de 2006, la empresa debía hacerse cargo “de los vertidos que genere”.
Fue en la Junta de Gobierno local del 3 de diciembre de 2009 cuando el Consistorio informó favorablemente de la recepción de la parcela del Caño de la Fragua, en el kilómetro 37,2 de la A-6. En el documento en poder de ABC se apunta que ‘durante la visita de inspección se constata que el volumen total del material almacenado y el aterrazamiento de los residuos observado en la anterior visita de inspección, 5 de febrero de 2009, ya no existe, salvo un acopio de grava que en el momento de la visita un operario de Cover estaba procediendo a cargar en un camión para su retirada’. El Ayuntamiento, entonces, dio por bueno el estado en el que se le habían devuelto la parcela. Sin embargo, un informe topográfico al que ha tenido acceso ABC desvela que en esos terrenos quedaron, aproximadamente, 16.993 metros cúbicos de tierra compactada procedente de la obra ‘faraónica’ de Honorio Lozano. El estudio, realizado por un miembro del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos en Topografía, señala que esa finca no recuperó su estado original.
El documento dice que la tierra compactada hubiera generado 22.012 metros cúbicos de restos que tendrían que haber sido trasladados a un vertedero. En 2009 todavía no se había construido el de Villanueva de la Cañada, por lo que deberían haber acudido al de Madrid. Según el cálculo del ingeniero, las tarifas de dicho recinto hubieran obligado a la UTE Ortiz-Cover a desembolsar un total de 666.665 euros para deshacerse realmente de los residuos de obra. Pero el Ayuntamiento dio por bueno el informe sin visar de Cover y así ‘ahorrarles’ dicha cantidad”.
Recepción irregular
Una vez más, El Faro del Guadarrama se convertía en el mensajero de una presunta irregularidad, tal como puede apreciarse en la información publicada por este semanario el 15 de enero de 2010, donde denunciábamos que: ‘El Ayuntamiento de Collado Villalba recepciona ‘Montecover’ pese a la irregularidades que presenta esta parcela’, describiendo con detalle cómo se había producido este acto: “La Concejalía de Urbanismo y Medio Ambiente, cuyo responsable actual es José Luis Cercas, tras haber sustituido a su titular, Juan José Morales -de baja por enfermedad-, aun careciendo de los fundamentos técnicos legales para llevar a cabo la recepción de un terreno que, a simple vista, presenta numerosas anomalías, entre ellas el esparcimiento de numerosos metros cúbicos de áridos sobre dicha superficie, que ha provocado que su nivel topográfico en relación al año 2006, se haya incrementado considerablemente; sólo hay que ver los alcorques que hicieron a los pocos árboles que han sobrevivido a esta masacre medioambiental para comprobar el hundimiento de sus troncos en relación con su asentamiento anterior. También hemos comprobado la presencia de varios metros de zahorra esparcida casi a la altura de la glorieta del Vial Sur y la permanencia de un acopio importante de áridos que se veían perfectamente amontonados en el interior de este recinto.
Sorprende por todo ello que el Ejecutivo presidido por José Pablo González, tan meticuloso en algunos asuntos, aceptase que las empresas que se beneficiaron del uso de este suelo fueran las que llevaron a cabo los pertinentes estudios topográficos donde se ponía de manifiesto que no se habían modificado los perfiles longitudinales del terreno. Aún más grave resulta que el Ayuntamiento acepte que el arbolado, en el momento de la recepción, se encuentre a nivel del terreno cuando cualquier ciudadano que transite en su vehículo por la vía de servicio de la A-6, dirección Madrid, puede comprobar con una simple mirada y pese a los alcorques realizados para intentar demostrar lo contrario, cómo sus troncos están hundidos casi un metro por debajo del nivel que tiene actualmente este terreno. Por otro lado, nada se dice en dicho informe presentado por la concesionaria acerca de las numerosas encinas y enebros que había en esta zona antes de que comenzasen los vertidos, ejemplares protegidos, según recogen las ordenanzas municipales en vigor del Ayuntamiento de esta localidad, y que han quedado sepultados bajo los miles y miles de metros cúbicos de escombros, ahora esparcidos, ni tampoco hayan sido sustituidos por otros ejemplares arbóreos como establece la ley.