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Los aficionados pudieron disfrutar de un gran festejo  (Foto: CEDIDA)
Los aficionados pudieron disfrutar de un gran festejo (Foto: CEDIDA)

Gran corrida de Victorino Martín el pasado sábado en Moralzarzal

Por ALFREDO FERNÁNDEZ
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Gran espectáculo el vivido el pasado sábado 2 de septiembre en el primer aniversario de la inauguración del coso cubierto de Moralzarzal. El público respondió en buena medida a este gran acontecimiento. El Ayuntamiento de Moralzarzal apostó fuerte, se volcó en la organización del festejo y los resultados obtenidos son positivos.

Una corrida de toros de las que hacen afición. De ésas que a su finalización el público sale recompensado y da por bien empleado el dinero que ha invertido. Y es que Victorino Martín envió a Moralzalzal un extraordinario encierro, bien presentado, fino, entipado, bajo, con su cuajo y sus puntas, con un puntito de desigualdad, pero muy por encima de un coso como el de Moral. Sexteto de plaza de segunda categoría. De lujo.

Luego el encierro sacó muchas de las virtudes que se esperan de los míticos toros de la A coronada. Variedad de comportamiento, con interés y para no aburrirse en ningún momento. Los hubo bravos, como cuarto y sexto; buenos, como el tercero, o hasta con los problemas que siempre derivan del toro encastado como los corridos en segunda y quinta posición. Toros que embisten con casta y codicia para apostar el torero, emplearse y someter y luego torear y triunfar.

Pero si los toros no defraudaron, tampoco lo hicieron los toreros: Encabo, “El Cid” y Luis Bolívar, que dieron una gran dimensión, estando a la altura del compromiso. No hay que regatearles ningún mérito ni halago. Los dos últimos salieron a hombros. Encabo también se lo mereció, pero sus fallos con los aceros se lo impidieron.

Encabo, un “pinchauvas”
Luis Miguel Encabo se llevó un lote encastado y con brío. Su primero fue un toro que sin humillar como otros de este encaste se movió con alegría y celo. Encabo le enjaretó una labor muy reposada y torera sobre ambas manos, alcanzando el cénit sobre la mano zurda con muletazos de bello trazo y temple. Pinchó en repetidas ocasiones y el premio se esfumó, siendo ovacionado.

El cuarto fue un toro encastado y temperamental que, como bravo, no regalaba las embestidas. Encabo le toreó de forma magnífica con el capote, consiguiendo verónicas jaleadas donde jugó bien los brazos. El animal tomó dos puyazos con alegría, recargando y apretando debajo del peto. El victorino llegó agresivo al ultimo tercio, pero Encabo no se arrugó, le sometió por bajo en muletazos poderosos y mandones. El animal requería llevarse tapado y cosido en los vuelos porque en cuanto no fuera así ponía en aprietos. El madrileño lo consiguió dejando muletazos largos y con mando que transmitían mucho al tendido. Labor de mérito que no tuvo premios por el fallo con espada y descabello.
“El Cid” se llevó lo peor
“El Cid” pechó con el peor lote. Su primero blandeó en los primeros tercios y llegó a la muleta midiendo y con medias arrancadas, sobre todo por el pitón derecho. “El Cid”, como gran conocedor del encaste que es, le expuso, le tragó en muchos momentos y tiró del animal con largura y sin dejarle pensar, abrochando las series con pases de pecho de pitón a rabo. Mató de una efectiva estocada y tocó pelo.

El quinto fue el típico toro de Victorino que buscaba los muslos, arrebañaba y tenía complicaciones. El sevillano lo intentó en una labor de exposición y en la que sufrió varios achuchones debido a las dificultades de su antagonista. Faena con importancia rematada de una buena estocada que tuvo premio.

Luis Bolívar se llevó un lote insuperable y el torero estuvo soberbio. Su primero fue un animal con gran temple, clase y una calidad infinita. El toro puso temple, pero Bolívar también lo imprimió pulseando las embestidas con muy buen aire, toreándole muy despacito y gustándose mucho. Tras un espadazo, cortó una oreja.

Buen toreo a cargo de Bolívar
El sexto toro se llamaba “Estupendo” e hizo honor a su nombre, ya que fue un astado que justamente se ganó la vuelta al ruedo, poniendo la guinda a la corrida. Un animal con movilidad, bravo y que humilló una eternidad y que se empleó con profundidad en los tres tercios, durando mucho. El colombiano lo cuajó a la perfección y lo entendió de la forma que el animal requería y merecía. No era ningún bobalicón, ya que había que llevarle muy cosido y tapado, cosa que Bolívar sí hizo. Con la mano izquierda, muy encajado de riñones, brotaron muletazos profundos, con series largas y donde el diestro le llevó muy embebido en los vuelos de la muleta, toreando con regusto y temple. El público le ovaciono en pie y cimentó una obra muy maciza que entusiasmo. Mató de un espadazo y le concedieron dos justas orejas. Un broche de oro para una tarde para el recuerdo en la aún corta historia de la cubierta de Moralzarzal.


Corrida de Toros I Aniversario, Sábado, 2 de Septiembre de 2006
Dos tercios de plaza. Toros de Victorino Martín, bien presentados, de distinto tipo, astifinos, bien hechos y de excelente juego en líneas generales. Destacó el bravo y encastado 4º, la movilidad de 1º y 3º, y el bravo 6º, de nombre "Estupendo", marcado con el número 142 y que fue premiado con la vuelta al ruedo. Luis Miguel Encabo,
ovación con saludos en ambos; Manuel Jesús
“El Cid”, oreja en ambos; y Luis Bolívar, oreja
y dos orejas. “El Cid”, Bolívar y el mayoral de la ganadería, Modesto Fraile, salieron a hombros por la Puerta Grande. Destacó picando Rafael Da Silva en el cuarto y la brega de “El Boni”.
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