Cuarenta años después del mayo francés creo que sería bueno recuperar el “Prohibido prohibir” para ver si así algunos de nuestros gobernantes dejan de abrir frentes absurdos que no responden en absoluto al interés general de los ciudadanos residentes en un país democrático. El hecho de que la Guardia Civil, siguiendo instrucciones de la Delegación del Gobierno de Madrid, impidiera el pasado fin de semana el acceso al Valle de los Caídos a los fieles que pretendían escuchar la misa en la Basílica es un claro ataque frontal no sólo a los católicos, sino también a la verdadera memoria histórica que abandera el Ejecutivo presidido por Rodríguez Zapatero. Y digo esto porque no me parece de recibo que el Gobierno pretenda mantener su postura prohibicionista en aras de una supuesta reconciliación nacional que tiene toda la pinta de producir el efecto contrario, es decir, aumentar los enfrentamientos entre los dos bandos. Y lo que más me sorprende de todo este largo contencioso relacionado con el cierre -¿provisional?- de la Basílica del Valle de los Caídos es el silencio clamoroso de los obispos españoles. ¿Por qué no se ha pronunciado al respecto la Conferencia Episcopal? ¿Desconocen los problemas que tiene la comunidad benedictina para ejercer su labor pastoral? De momento, casi 300 fieles se dieron cita el pasado sábado en el exterior del recinto monumental para asistir a la misa, que fue concelebrada por una decena de sacerdotes y en la que también estaba presente la Escolanía del Valle. El padre prior justificó este emplazamiento, a orillas de la carretera de El Escorial, en el hecho de poder ofrecer a los fieles lo que siempre habían oficiado dentro de la Basílica tras prohibir acceder a la misma”.
Muchos de los asistentes a la misa calificaron la decisión de la Delegación del Gobierno de Madrid de no autorizar el acceso al templo como “un ataque a la libertad religiosa” y anunciaron que presentarán en breve una querella criminal contra el Gobierno, de ahí la presencia de un notario a las puertas del Valle que levantó acta sobre la prohibición por parte de los agentes de la Benemérita.
Las decisiones de nuestros políticos pueden tener un efecto útil siempre que respondan a unas necesidades sociales mayoritarias, pero me temo que este no es el caso que nos ocupa hoy, donde se mezclan intereses contrapuestos como lo es el relacionado con la memoria histórica y otro no menos sensible como es el fenómeno religioso. Ojo pues con esta patata caliente, y más con un 20-N a la vuelta de la esquina.
Las cestas de ‘luxe’ del Ayuntamiento de Villalba
Las 600 cestas navideñas que el Ayuntamiento de Collado Villalba entregará a sus trabajadores el próximo mes de diciembre, valoradas en 84.745,76 euros (alrededor de 16 millones de pesetas), han protagonizado un editorial en el Diario ABC, que ha calificado este gasto de despilfarro en un municipio que junto a otros nueve más de la Comunidad de Madrid no podrá pedir créditos en 2011, al superar su porcentaje de endeudamiento el 76,33 por ciento sobre sus ingresos, con una deuda reconocida de 39,1 millones (alrededor de 7.000 millones de pesetas), cifra que aún podría ser mucho mayor si se contabilizasen las facturas de los proveedores que siguen almacenándose en los cajones de las dependencias municipales. Aún así, hemos de dejar bien claro que este dispendio es consecuencia de la obligación pactada en el convenio colectivo que, precisamente, fue renovado el pasado mes de octubre tras las negociaciones llevadas a cabo entre Ayuntamiento y UGT, siendo rechazado por el resto de fuerzas sindicales, es decir por los representantes de CC OO, CGT y CPPM.
Mi respeto a los trabajadores municipales que no hace mucho han visto rebajados sensiblemente sus sueldos y al derecho legal que tienen de ser gratificados con una generosa cesta navideña. Pero ellos también deben entender que un desembolso de este calibre para la tesorería de un Ayuntamiento que está endeudado hasta las cejas y en un país con casi cinco millones de parados en el que ya 800.000 familias están siendo alimentadas por Cáritas, no es precisamente lo más ético.
Tomás Gómez recorrerá toda la región en autobús
Los políticos madrileños parecen dispuestos a iniciar la precampaña electoral antes de las fiestas navideñas. Así lo corrobora Tomás Gómez, candidato socialista a la Comunidad de Madrid, quien ha anunciado que volverá a recorrer nuestra región durante los dos próximos meses a borde de su ya popular autobús rojo para de esta manera poder tener un contacto más intenso con la sociedad madrileña. “Es una campaña -dijo Gómez- en la que vamos a enriquecer, contrastar y consensuar nuestro proyecto para esta región”.
El autobús de Tomás Gómez también se dejará ver en distintos municipios de la Sierra, incluido Collado Villalba, donde al parecer el alcalde y secretario general de la Agrupación Socialista pasa del PSM (conocidas son sus discrepancias políticas con Tomás Gómez), como se desprende de que la clausura de la convención que celebrarán los militantes villalbinos el próximo fin de semana, salvo rectificación de última hora, correrá a cargo de un miembro del Comité Federal del PSOE.