Como decimos, uno de los nombres propios de este ciclo fue López Simón, que el pasado martes 14 estuvo a un buen nivel. La novillada del Retamar estuvo bien presentada, con hondura, remate y buenas hechuras, pero su comportamiento fue muy manso, con las fuerzas justas y sin una pizca de raza, viniéndose abajo demasiado pronto.
Hubo novillos manejables (tercero y cuarto), pero muy medidos de todo y así es imposible que lo que se haga en el ruedo llegue al tendido.
Víctor Barrio toreó muy mermado de facultades y sólo estoqueó un utrero. El día anterior sufrió un grave percance en Arganda del Rey, por lo que se le notó que no estaba apunto para torear y tras dar muerte a su primero pasó a la enfermería y ya no volvió a salir. El segoviano hizo un gran esfuerzo con un novillo noble y con poco gas. Se le vio firme y queriendo, pero no estaba cómodo. A pesar de todo, pudo cortar una oreja de no haber fallado con la espada.
Así las cosas, López Simón tuvo que despachar tres ejemplares. Curiosamente la faena de mayor calado la hizo precisamente al novillo al que no cortó ninguna oreja, puesto que no estuvo fino con el descabello y se tuvo que conformar con la vuelta al ruedo. Sobre la mano zurda dibujó pasajes muy brillantes y demostró valor, sentido del temple y colocación. El primer trofeo se la había arrancado a un animal muy aplomado. El de Barajas optó por meterse entre los pitones, que es donde sacó el mayor rédito. Tras un espadazo paseó la oreja. Con el sexto, López Simón sorteó un astado reservón y complicado con el que estuvo muy sereno en un trasteo valeroso. Una buena estocada puso la guinda. Completó la tarde Adolfo Ramos, que evidenció ser todavía un novillero muy en ciernes. Dio una vuelta al ruedo en el quinto tras una faena un tanto fría a un novillo descastado pero al que sí recetó un gran espadazo.
El otro destacado del ciclo fue el malagueño Jiménez Fortes que en el festejo del sábado 11 dio una buena dimensión, cortando un trofeo. La novillada de Hermanos Pérez Villena fue desigual en presentación y juego. Eduardo Pereira también se llevó una oreja, sufriendo un puntazo en la espalda que no le impidió torear al día siguiente en Casarrubios.
También cortó un trofeo Francisco Pajares tras mostrar oficio. En la novillada sin picadores del domingo los erales de Tomás Entero salieron tan mansos como acostumbran. La actuación más notable fue la de Manuel Rodríguez, que se perfila como ganador del Galápago de Plata tras sumar dos orejas. También paseó un trofeo el novillero Víctor Álvarez.
Un novillo escapa de la manga
Uno de los sucesos más comentados de la feria ocurrió el pasado martes 14, cuando uno de los utreros de la vacada del Retamar rompió un madero de la talanquera y logró escaparse del encierro. El animal se llevó por delante a tres personas que resultaron heridas de diversa consideración pero, afortunadamente, sin revestir gravedad. Por suerte, el utrero fue camino de la zona del cementerio, donde fue abatido por las fuerzas de seguridad. Fue muy decisiva la labor de Javier Pérez y de los banderilleros Julio Campano y Rafa González, que se jugaron el físico para que el novillo fuera hacia esa zona de menor riesgo y no en dirección al casco urbano.