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PUNTO DE VISTA

Del buen gusto y el decoro

Garce

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Me ha sorprendido leer la noticia de que en algunos ayuntamientos de la costa se han aprobado varias ordenanzas municipales para los que desde el baño se van con el bañador o el bikini puesto hasta el restaurante. Y yo pregunto: ¿Es posible que todavía exista la decencia pública? ¿Existe en nuestra sociedad la moral pública? ¿Pueden los ayuntamientos fijas normas en el vestir durante la temporada estival? ¿Es que los ayuntamientos, de cualquier signo político, se están convenciendo y admitiendo eso que en otros tiempos se llamaba la decencia pública? Porque lo que sí es cierto es que de la dictadura de la decencia se ha pasado al todo vale, incluida la indecencia.
Yo diría hasta el mal gusto. Porque en cuestiones morales tiene mucha importancia eso del buen gusto, el decoro, que no es más ni menos que el respeto del otro, del prójimo. Algunos suponen que se coarta la libertad del que dice ir desnudo por la calle. Pero esa libertad choca con la molestia del que se siente despreciado teniendo unos genitales al lado mientas come un filete, o le pasean unos pechos abundantes por las narices mientras se bebe unas cervezas. En concreto: que la libertad no debe estar reñida con el buen gusto y con el respeto a los demás.
¿Es que la sociedad empieza a reaccionar ante los extremos? Tras el paso dado por algunos ayuntamientos de la costa mediterránea, anunciando sanciones de hasta 300 euros por ir por la calle o en lugares públicos en pelota viva, han sido los propietarios de algunos restaurantes de esos municipios los que han puesto el dedo en la llaga al hacer uso del derecho de admisión ante tales extravagancias.

Por eso hay cosas que son perennes en la sociedad. Y una de ellas es el buen gusto, la educación ciudadana que no permite que alguien moleste al prójimo en la vía pública o en lugares públicos. Todavía los ayuntamientos están temerosos de perder votos con ordenanzas de este calibre. Incluso con otras que se deberían hacer en beneficio del descanso de los ciudadanos, a partir de las 24.00 horas. Me refiero a los botellones. Si los ayuntamientos establecen normas para el vestir en lugares públicos ¿por qué dudan en prohibir los botellones a partir de la medianoche? ¿Es que el descanso de los que pagan impuestos no es un derecho?
A los ciudadanos normales les causa estupor ver cómo se bebe, a veces hasta el coma etílico, y se tiran en la vía pública los desperdicios como si fuera un acto de salvajismo contra alguien (¿acaso contra la sociedad que no les dio educación cívica?). No nos quejemos de la mala educación contra la decencia y la moralidad pública si seguimos permitiendo que los gobernantes a los que votamos no ponen remedio a estos desajustes sociales y públicos. La presión tiene que venir de las urnas. Y antes de la opinión pública.
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