El alcalde de Galapagar, Daniel Pérez Muñoz (PP), parece haber encontrado la solución después haber hecho oídos sordos a quienes le recomendaban no meterse en un berenjenal como el del ‘botellón’, sobre todo a un año de la celebración de las elecciones municipales, dada la incidencia que podría tener ello en el voto. Pero ha sido valiente y al final ha apostado por defender el descanso y la calidad de vida de sus vecinos. Así, la Concejalía de Seguridad insiste en recordar, ahora con mucha más insistencia, que beber alcohol en la vía pública, además de estar prohibido, genera molestias a los ciudadanos. Es más, ha ordenado a la Policía Local que persiga este tipo de infracción, de ahí que se hayan realizado 22 denuncias en poco más de mes y medio. Las zonas más conflictivas, al margen del cauce del río Guadarrama (en las inmediaciones del puente del Herreño), son, al parecer, la de los aledaños del Centro de Salud, el parque de El Toril y La Pocilla, entre otros.
Las redadas policiales tendentes a acabar con el ‘botellón’ en el término municipal de Galapagar seguirán produciéndose para satisfacción de todas esas familias cansadas de soportar tanto ruido y tanta basura en su entorno. Esperemos que la sanción anunciada para los infractores (hasta 300 euros) les invite, al menos, a reflexionar antes de organizar la ‘timba’ habitual. Y esperemos también que al Ejecutivo galapagueño no le tiemble el pulso a la hora de imponer, si es necesario, las multas pertinentes.
Los alcaldes cierran el grifo presupuestario a las fiestas
Hace más de un año, El País planteaba la preocupante situación económica por la que atravesaban los ayuntamientos madrileños y sus presupuestos festivos. Al respecto, el rotativo de Prisa decía: “Disminuir el salario y la plantilla de funcionarios es una misión casi imposible, y pagar la luz, una prioridad casi innegociable. Así las cosas, el capítulo de fiestas se convierte en uno de los idóneos para que [los ayuntamientos] metan la tijera”. Y así lo han entendido muchos consistorios, el último de ellos el de Majadahonda, cuyo alcalde, el popular Narciso de Foxá, ha anunciado la reducción en un 50 por ciento del presupuesto de fiestas, que ha pasado de 800.000 a 400.000 euros. “Creo, dijo De Foxá, que los vecinos entenderán que medidas como la supresión de la iluminación festiva o la reducción del número de actuaciones permitirán liberar recursos que se podrán destinar a la promoción de empleo y servicios sociales”. También los regidores socialistas de los municipios más importantes de la Comunidad de Madrid, excepto el de Collado Villalba, han optado por cerrar sustancialmente el grifo de las partidas económicas destinadas a fiestas. Fuenlabrada ha pasado de un millón de euros a 800.000 (el que menos); Leganés ha reducido su presupuesto en un 40 por ciento (de un millón a 526.000), eliminando, entre otros actos, las corridas de toros; Alcorcón lo ha bajado en un 50 por ciento, a base de disminuir los gastos en actuaciones, alumbrado y conciertos; Getafe ha pasado de 1,1 millones a 350.000 euros; Parla moverá en fiestas un 40 por ciento menos que el año pasado. Respeta las corridas de toros porque es un empresario el que se juega los ‘cuartos’. Y Rivas-Vaciamadrid ha rebajado su presupuesto a la mitad (361.000 euros), eliminando los toros. Los conciertos serán de pago.
¿Y en Collado Villalba qué? Pues eso, lo de siempre, es decir: despilfarro a manos llenas. Solamente en toros el Ayuntamiento se va a gastar 258.000 euros. La broma festiva le va a costar a las afligidas arcas municipales cerca del medio millón, y eso tirando por lo bajito.
El vicepresidente Chaves se da otro paseo por la Sierra
El vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, ha vuelto a visitar nuestra comarca, en esta ocasión ¡como no! para inaugurar la ampliación del Centro Cívico de Colmenarejo, proyecto al que se dedicaron íntegramente los fondos procedentes del Plan E. Al margen del repertorio habitual del político en este tipo de actos, Chaves felicitó a la alcaldesa, María Isabel Peces Barba, por lo bien que ha gestionado ¿? el Fondo Estatal, terminando su intervención con unas palabras que no tienen desperdicio alguno: “Estamos atravesando una crisis muy fuerte, pero desde el Gobierno no hemos querido dejar de actuar. El Plan E ha provocado un importante proceso de regeneración urbana, generando 425.000 puestos de trabajo”. ¿Dónde, cuándo, cómo? Porque en la Sierra ni medio millar.