Espectáculo bochornoso

Las reacciones a la sentencia del Estatuto de Cataluña en los últimos días son un auténtico esperpento a la catalana. Hay un partido, el PSOE, que dice una cosa en Madrid y otra en Barcelona sobre una misma sentencia. Peor todavía: Montilla, que fue ministro con Zapatero y nació en un pueblo de Córdoba, está indignado con la sentencia por ser anticatalanista y no respetar la voluntad del pueblo catalán; y Carme Chacón, que es catalana auténtica de toda la vida y ha sonado a veces como líder para el PSC, asume la sentencia porque pertenece ahora al Gobierno de Zapatero como ministra de Defensa de las Españas y estaría feo que saliera en plan díscolo con la barretina al aire.

Según escuché por la radio el mismo día de la sentencia al ministro de Justicia, Francisco Caamaño, que sabrá algo de leyes, la sentencia del TC sólo afectaría en verdad a un artículo del Estatuto, sí, a uno sólo, por lo que el texto quedaba casi inmaculado en su recepción original del Parlamento Catalán y es un fracaso del Partido Popular. Pero el líder de CiU, Artur Más, se hace cruces y dice que se ha quebrado el pacto constitucional entre Cataluña y España, ante la gravísima modificación del Estatuto.

El final de este esperpento se verá en octubre, cuando haya elecciones catalanas. A eso va orientado todo el espectáculo.