Séptima edición de la novillada concurs de ganaderías de Guadarrama
Mucho público, gran ambiente, notas de interés y decepción por culpa del poco juego del ganado lidiado
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Gran ambiente y muchísimos aficionados llegados desde todos los puntos de España y Francia para presenciar la VII edición de la Novillada Concurso de Ganaderías de Guadarrama, celebrada el pasado domingo 13 de agosto. La plaza semiportátil, de gran capacidad (4.500 localidades) y dotada de un amplio callejón fijo, de un enorme ruedo y de unos excelentes chiqueros, vio cómo se ocupaba en casi sus tres cuartas partes. Nunca antes había ido a Guadarrama tanto público como en esta ocasión.
Pero lamentablemente todas las esperanzas e ilusiones que los aficionados habíamos depositado en el cartel se vieron truncadas por el poco juego y falta de raza de los novillos lidiados. Fue una lástima. Y es que los mejores ganaderos también echan borrones. Con todo, hay que destacar la buena voluntad de los novilleros: Benjamín Gómez, Emilio de Justo y Pérez Mota.
Gómez se llevó un lote muy desrazado. Su primero, de Eduardo Miura, fue un novillo alto, fino y en el tipo de la casa, pero resultó blando, noble y sin fuelle. Benjamín se lo sacó a los medios y lo intentó, pero no podía ser. Su segundo de Celestino Cuadri salió muy astillado tras haber preparado un estropicio en los corrales, siendo un animal áspero que cuando se sintió podido se defendió. El novillero lo intentó con mucha sinceridad.
Emilio de Justo se enfrentó a un utrero de Palha muy fino y que lució dos puñales por pitones. El animal tomó tres varas y llegó a la muleta defendiéndose con genio y probando. De Justo no le volvió la cara y estuvo firme y valeroso. El quinto de “El Pilar” fue devuelto por inválido y sustituido por un novillo de Hermanos González muy cuajado, que no entró en concurso, pero que apretó en dos varas y tuvo 20 arrancadas muy francas y buenas. Emilio de Justo tuvo un comienzo espectacular con series donde toreó con mucho relajo y desmayo, encandilando a los presentes. Luego se equivoco al ponerse más en corto. Ahogó al animal y se paró un poquito. Tras una buena estocada paseó una oreja.
Pérez Mota se enfrentó en primer lugar a un novillo de Guardiola Fantoni musculado, bien hecho y rematado, que fue noble y apuntó cosas pero que no tuvo fondo alguno. Mota le dio muchas pausas, le toreó con prestancia y si hubiera matado bien toca pelo. Cerró el concurso un novillo de Fuente Ymbro alto y de feas hechuras. El novillo, que sacó genio en varas, tuvo trasmisión en 15 muletazos con codicia, pero tras eso se rajó y se negó a embestir. Pérez Mota estuvo muy bien, le enjaretó tres tandas muy vibrantes y cuando el fuenteymbro se quiso ir a tablas, le sujetó, obligándole a tomar las telas. Mató de una estocada caída, por lo que se tuvo que conformar con una oreja muy meritoria. La organización del festejo llevada a cabo por el Ayuntamiento fue excelente y se cuidaron todos lo detalles con gran tino. El jurado decidió dejar los premios desiertos., y en casos como éste, un premio desierto también es categoría.