UPyD intensifica su presencia en los municipios de la Sierra

En acto que tuvo lugar este lunes en Guadarrama, el coordinador del Consejo Territorial de UPyD-Madrid, Javier García Núñez, señaló que en las últimas semanas se ha desarrollado una campaña nacional de afiliación (con varias paradas en municipios de la comarca), cuyas primeras impresiones, a falta de resultados definitivos, calificó como “muy alentadoras”. “La calle es desde el primer momento el lugar natural donde nos relacionamos con los ciudadanos”, explicó, asegurando que ése es también el hábitat predilecto de este partido, del que dijo que es “el de la regeneración democrática ante una situación política como la actual”. En este sentido, y en clave nacional, cuestionó la “inoperancia” del Plan E, además de plantear la necesidad de una reforma de la Ley Electoral, eliminar la corrupción, limitar los mandaros a dos legislaturas y que la transparencia sea el “eje de la actuación de los políticos”. A nivel local, dijo, una de las propuestas de UPyD pasa por “poner coto a la atomización municipal”, lo que supondría “hacer un reajuste de ayuntamientos”. Igualmente, García Núñez consideró “fallida” la legislatura en la Comunidad de Madrid, poniendo como ejemplo la paralizada Ciudad de la Justicia.
“No desperdiciar el potencial”
Por su parte, el coordinador del Consejo Local de la Sierra Noroeste, Antonio del Valle, destacó el “incremento de afiliados” que ha experimentado este partido, hasta el punto de que están estudiando la posibilidad de presentar candidaturas en algunos de estos municipios, con el objetivo de “no desperdiciar el potencial en la zona ni el trabajo desarrollado en estos meses”, máxime teniendo en cuenta que en las últimas elecciones celebradas, las Europeas de junio de 2009, el porcentaje medio de votos se situó en el 8,3 por ciento (e incluso en tres -Villanueva del Pardillo, Torrelodones y Alpedrete- estuvo por encima del 10). Finalmente, señaló que el afán de UPyD es “transformar totalmente la política” para, reinventado la frase de Alfonso Guerra, “que no la conozca ni la madre que la parió”.