PUNTO DE VISTA
El profeta salvador de los oprimidos
Garce
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Es terrible, pero cierto. Hay quien cree que si tu cerebro piensa es que estás enfermo o eres un peligro para la sociedad. Estos se consideran los jueces de tu pensamiento. No te digo nada si los salvadores de la patria son los que poseen el poder de hacer leyes y obligar a cumplirlas. Todo lo que es ley es santo, lo que no está en la ley es pernicioso incluso para la salud.
Los remedios de tales ideologías los vemos hoy encarnados en el castrismo y sus afines de América, así como la China y algún régimen como el de Corea del Norte. El islamismo radical como le llaman en Occidente, es la ideología político-religiosa más dictatorial que ninguna de las históricas. Nuestra Constitución garantiza la libertad religiosa en nuestro estado de derecho. Pero para alguno está mal entendida. Los tales piensan que nosotros pensamos en falso y que hay que educarnos en los parámetros de la ideología de género. Por eso nos dicen que somos unos descerebrados a los que hay que educar en la laicidad. Por supuesto que sin avisar y por la puerta falsa de la Constitución, Y para educarnos sabiamente nos van a meter la llamada pomposamente ley de libertad religiosa. Pues cuando hace falta una ley para la libertad y se prohíbe tales o cuales derechos religiosos, los benéficos gobernantes nos están quitando la libertad que teníamos y queremos seguir teniendo. Para argumentar sus postulados, en el caso que nos ocupa, echan mano del espacio público, como si los ciudadanos nos comportáramos en los espacios públicos por la norma de tal o cual gobernante y no por la norma social, tanto por tradición como por las leyes. Y tal argumento, que engendra una falacia al aplicarlo es el santón de turno para la reeducación ideológica de la masa informe. Tales métodos se aplicaban por igual en las checas comunistas como en los centros de reeducación nazis. Se le llamó científicamente lavado de cerebro, método singular que borraba todo lo aprendido para quedar sólo lo que el gobernante quería que quedara.
Pues parece que el señor presidente que nos gobierna nos quiera salvar del catolicismo en los espacios públicos. De ahí que nos quiera llevar a las cavernas o catacumbas, como método educativo de las nuevas generaciones de ciudadanos. Es tal su mesianismo que parece dispuesto a crear una sociedad nueva en la que se le recuerde como profeta salvador de los oprimidos españoles durante 20 siglos. Creo, amigo lector, que está convencido de tal misión salvadora. ¿Qué le importa a él los cinco millones de parados? ¿Qué importa que nuestra nación esté a punto de quebrar por la deuda que ha generado? ¿Qué importa que le avisen hasta sus propios compañeros de tal debacle institucional y social? Lo importante para él es que nos abstengamos de participar en las fiestas públicas religiosas. Porque estoy seguro, que si tiene éxito en la primera intentona, llegará a prohibir hasta las procesiones de Semana Santa. Aunque la señora Pajin nos haya querido tranquilizar con eso de no que no es prioritaria tal ley. No somos descerebrados, señor presidente. Si usted lo piensa, malo. Pero si no lo piensa y nos lo quiere imponer, peor, porque será un indicio de su peligrosa mentalidad laica, llevada al extremo. Espero, por la salubridad pública, que antes se vaya o deje paso a otro colega normal dentro del socialismo español.