Balance de una década de gestión en la feria taurina de San Antonio de Collado Villalba

Desde el Ayuntamiento ya se han ocupado de que lo que pasó ese año no vuelva a repetirse de ninguna de las maneras. Luego se lo explicaremos con más detalle.

Desde el año 2000
Entero, comenzó haciéndose cargo de esta feria en el año 2000, y desde entonces interrumpidamente, excepto en 2005, ha acaparado la gestión de este ciclo. Una década, que se dice pronto, donde han pasado muchas o pocas cosas, dependiendo del cristal con que se mire. Antes de detenernos en lo estrictamente taurino, analicemos primero cómo se adjudica la feria de San Antonio.

En principio, la responsabilidad de la adjudicación recae en una tradicional Comisión de Mayordomos. Sin embargo, a efectos puramente administrativos hay que cumplir posteriormente los pertinentes trámites burocráticos. Supuestamente, los mayordomos tienen la potestad y libertad de poner la feria en manos del empresario taurino que deseen. Ninguna comisión se ha atrevido a gestionar directamente la feria. No hubiera sido mala cosa, aunque quizá el Ayuntamiento se lo habría impedido tajantemente.

Esta tradicional comisión se renueva cada año y son distintas las personas que están al frente. De hecho, cada miembro de esta Comisión busca al candidato que desea que le reemplace en el cargo en el año entrante.

La clave determinante radica en buscar personas afines, para que nadie saque los pies del tiesto y todos sean fieles a las directrices que se imponen.

Lógicamente, hay algunos que no son partidarios, pero siempre están en minoría y las pautas y decisiones finales son adoptadas por esa mayoría favorable a las tesis de José Pablo González, al que apoyan contra viento y marea.

Buena fe de la Comisión
Todas estas personas actúan sin ningún interés y con buena fe para hacer unas buenas fiestas por su municipio. Todas merecen un reconocimiento y nuestro apoyo, pero precisamente por eso abusan de esa buena voluntad, y los responsables municipales, conocedores de esta situación, despliegan la estrategia necesaria para llevárselos a su terreno y hacer todo a su antojo. Se los pone por pantalla, con el resultado final de que la gestión de la feria acaba siempre en las mismas manos, independientemente del balance en el apartado taurino.

Esto es una verdad como un templo, tal como numerosas personas han comentado a este medio, si bien prefieren que sus nombres no sean desvelados.

A lo largo de estos años ha llegado a surgir el rumor infundado de que se iba a cambiar de empresa. Excepto en 2005, nunca se hizo realidad. Se decían muchas cosas, pero los tiros iban siempre hacia el de Colmenarejo, que tenía, y tiene, todas las papeletas para ganar el sorteo de la feria de San Antonio.

Muchos querían dar un giro y nunca pudieron llevarlo a cabo. Un puñado de empresarios que estuvieron a punto y al final los dejaron compuestos, sin novia y además con cara de primos. Podemos enumerar a unos cuantos.

En resumen, el intervencionismo municipal ha provocado que crezcan las voces acerca de que la Comisión está mediatizada y son otros los que mueven los hilos en la sombra. Todo ello sin olvidar la estrecha relación que une al alcalde con Tomás Entero, a quienes se ha podido ver en numerosas ocasiones juntos en los callejones y barreras de importantes plazas de toros de nuestra geografía.

Durante 2006-2007
En 2005 hay un cambio, pero dura poco. Todo vuelve a la normalidad. Hay empresas importantes interesadas, pero no conviene.

Incluso el alcalde llega a ser nombrado un año como miembro de la propia Comisión de Mayordomos. Piden varias ofertas con la firme intención de seguir adjudicando la gestión al favorito. Tienen esa potestad. Tomás Entero recupera su parcela de poder taurino por todo lo alto. Su protección es inmarchitable. Ha salido reforzado y son ferias mucho peores que las que organizó en su momento Prestacar, pero la realidad es que hace tiempo que la calidad de los festejos ha dejado de ser lo fundamental en esta historia.

El efímero cambio en el año 2005

San Antonio cambia esta tendencia en 2005. Se da un golpe de timón. Esta vez, la Comisión de Mayordomos no se deja manipular. Sus integrantes no aceptan presiones. Les cuesta trabajo y disgustos. O deciden con libertad o están dispuestos a dimitir, ni más ni menos. A trancas y barrancas se salen con la suya con mucho mérito y esfuerzo.

Se ahorran muchos millones de pesetas, porque esa es la finalidad primordial: el ahorro. Ofrecer calidad y un buen producto con una menor cuantía económica. Confían en la empresa Prestacar; de José Antón, Juan Cubero y Francisco Arroyo, quienes organizan una feria dignísima y con un sustancioso ahorro. Una corrida de toros, una novillada picada y dos sin caballos con buenos resultados. ¿Después de los años se puede afirmar que esta feria no fue interesante? Mejor que las últimas de Tomás Entero desde luego que sí, y quizá también que algunas de las que se dieron desde 2000.

Esta empresa tiene que sufrir varias zancadillas. El Ayuntamiento, se niega a suministrar corriente eléctrica a la plaza portátil que se instala en el sitio de costumbre. Al final, la empresa tira para adelante y tiene que contratar un generador, lo que supone un gran desembolso económico.

Si hubiera estado Entero, todo facilidades. Con esta empresa, todo fueron trabas. Se les ve el plumero, pero la feria funcionó, para desgracia de los responsables municipales. Pero hubo aún más palos en la rueda para ver si estos gestores se estrellaban.