EL KIOSCO
Cosas de cuentos
POR: Luisa González
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Hace varios meses que nos empezaron a abrir los ojos acerca del príncipe azul, y ahora las ‘bibianas’ de turno piden que se deje de educar a los niños con cuentos tradicionales porque con ello sólo se consigue fomentar “roles machistas”. Faltan ahora, supongo, los dermatólogos censurando Rapunzeil por promover malos hábitos capilares, que eso de que el aguerrido príncipe escale sin ruborizarse por la cabellera de la moza no hay mascarilla que lo repare, y los sindicatos mientras tanto protestando por el ERE (antes suspensión de pagos) que afectaría a la vendedora de fósforos en pleno dominio del mechero. Por no hablar del hada desairada en el bautizo de la bella durmiente. ¿Qué dice el amigo Peñafiel ante tamaño fallo protocolario? Así cambiaría sustancialmente la historia, pero en fin. Ningún ámbito es ajeno a la estulticia reinante.
Los cuentos son una buena vía de iniciación a la vida, o al menos eso es lo que una cree. Es útil aprender desde la infancia que no somos todos amiguitos por obra y gracia de Facebook, que los lobos devoran ovejas por naturaleza y los leones son leones pese a Lambert, el león cordero. Es bueno asumir que existe la traición, la envidia, la crueldad del destino, los embaucadores cual flautista de Hamelin. Y que hay amores tristes e imposibles como el del soldadito de plomo y su bailarina. Es cierto que algunos patitos feos consiguen convertirse en cisnes, pero también hay sirenitas que perecen en un sacrificio hermoso pero inútil. Todo como la vida misma.
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No(
