Collado Villalba, una ciudad hostil para los discapacitados

Nos cansamos de escuchar a los políticos hablar de “humanizar” las ciudades, de la necesidad de ganar espacio para el peatón, pero la realidad del día a día desmiente esas promesas, tal como relata un invidente de Collado Villalba en la noticia que aparece en la página 5 de esta edición de El Faro del Guadarrama. El caso de esta ciudad no es único, desde luego, pero sí es significativo de la odisea por la que pasan las personas con dificultades en su movilidad.

No sólo se trata de eliminar las barreras arquitectónicas en las calles y edificios públicos, sino de poner en marcha un modelo distinto de urbanismo. Villalba es una localidad históricamente desordenada, como también el vecino municipio de Galapagar, pero ello no puede ser excusa para que desde las administraciones se pongan todos los medios necesarios para reducir este problema. Y tampoco cabe pasar por alto que en la obra más importante y costosa que se ha hecho en los últimos tiempos, la del túnel-parking de Honorio Lozano y Batalla de Bailén, se perdió la oportunidad de ganar ese demandado espacio para el peatón, eliminando el bulevar central para, en su lugar, multiplicar el tráfico de vehículos, que ahora se mantiene en el exterior y también en el subterráneo. A esto hay que añadir la mala planificación de los trabajos, con la calle Real como último ejemplo, una situación que el Ayuntamiento debe corregir con urgencia para evitar, como explicaba este vecino, que Villalba sea una ciudad “pensada para los coches, no para los peatones, y muchísimo menos para los minusválidos”.