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(IX) ACONTECERES MÁS IMPORTANTES DE UNA DÉCADA DE GOBIERNO SOCIALISTA (1999-2009)

La Comunidad tardó ocho meses en aprobar, con ciertas limitaciones, el PGOU de Collado Villalba

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Los terrenos de La Huerta centraron la polémica durante meses (Foto: A.O.)
Los terrenos de La Huerta centraron la polémica durante meses (Foto: A.O.)
El Plan General de Urbanismo, aprobado por el Ayuntamiento de Collado Villalba en la sesión plenaria celebrada el día 21 de diciembre de 2000, no fue ratificado por la Comisión de Urbanismo de la Comunidad de Madrid hasta el 16 de agosto de 2001, es decir ocho meses más tarde de su aprobación inicial. Mientras el alcalde, José Pablo González, intentaba restar importancia a este hecho -“las limitaciones impuestas por Madrid son de carácter menor y hacen referencia sólo a cuestiones medioambientales”, señaló-, Tomás Alberich, portavoz de IU y compañero de Ejecutivo, manifestaba que las condiciones “impuestas por la Comunidad de Madrid son bastante duras y restrictivas, algo que no entiendo porque los planes generales se aprueban o se deniegan”. Alfonso Murias, por entonces portavoz de Ecologistas en Acción, también dio su opinión al respecto: “Desconozco el alcance y contenido de los cambios, porque de las palabras del alcalde no nos fiamos, pero me sorprende que la aprobación se haya producido en un mes inhábil como es agosto, e ignoramos si los cambios son correctos”.
“La Comisión de Urbanismo de la Comunidad de Madrid, presidida por el consejero Luis Eduardo Cortés, y el director general de este área, Íñigo Sáez, en la reunión celebrada el pasado jueves, 16 de agosto, aprobó definitivamente el Plan General de Ordenación Urbana de Collado Villalba, una vez que el Equipo de Gobierno presidido por José Pablo González remitiera a la Comunidad las modificaciones del documento inicial aprobadas en el pleno del 19 de julio”. Así recogía la noticia Diario del Noroeste en su edición de18 de agosto de 2001.

Aunque el regidor villalbino calificó este día como “feliz e histórico”, lo cierto es que a pesar del informe favorable emitido por los responsables regionales de Urbanismo, el PGOU villalbino aún tendría que superar las condiciones impuestas por dicha Comisión, que había cuestionado buena parte de los grandes proyectos que el Ejecutivo había asociado al desarrollo del mismo, además de emplazamientos concretos sobre propuestas en las que el Gobierno local había incluido actuaciones como la del tanatorio, la zona de desarrollo de los terrenos próximos a la ITV o aquellas relacionadas con la zona cercana a la rotonda de la carretera de Navacerrada. También aparecían otras seis actuaciones respecto a ámbitos, parcelas y elementos catalogados, además de hacerse una mención expresa a que el desarrollo urbanístico previsto en la zona de La Huerta fuese sometido a información pública.

Las modificaciones exigidas tenían mucha mayor trascendencia de la admitida por el alcalde en su mencionada valoración.

La Huerta centró el debate
la recalificación de los terrenos de La Huerta se convirtió durante meses en un fuerte escollo para el Equipo de Gobierno. Las 300 viviendas en bloque propuestas, junto a la reserva de una parte de la misma como suelo protegido y otra como dotacional universitario, levantaron grandes ampollas ya no sólo entre los representantes de la oposición (PP), sino incluso en el seno del propio Ejecutivo que PSOE compartía con Izquierda Unida. Así, Tomás Alberich, portavoz de esta formación y teniente de alcalde, no dudó en pedir que debía revisarse la edificabilidad “porque 300 viviendas nos parece excesivo, aunque esto entendemos que sea complicado después de firmar el convenio”. Ecologistas en Acción promovió varias movilizaciones y consiguió que se presentaran más de 300 alegaciones. Ante las suspicacias generadas por este asunto entre la opinión pública, el responsable del área de Urbanismo, José Antonio Gómez Sierra apuntó directamente a los ecologistas: “En Villalba Ecológica hay ciudadanos que se van a presentar a las próximas elecciones y aspiran a ser concejales, por eso hacen la pinza al Equipo de Gobierno para rentabilizar electoralmente este tema. Aquí, la primera comunión de blanco la puede hacer muy poca gente”. Pocos días más tarde, Gómez Sierra recibiría a través de una carta publicada en Diario del Noroeste cumplida réplica: “Debo calificar de vergonzosas las declaraciones realizadas a este diario por el concejal de Urbanismo de Collado Villalba al intentar defender la recalificación de la finca La Huerta sin más fundamento que echarle la culpa al empedrado. ¿Cómo puede hablar de intereses políticos en este ‘fregado’? Aquí, señor Sierra, lo único que hay, y no precisamente por parte de los ecologistas, son muchos intereses económicos en juego. O acaso este señor cree que somos tontos” (Luisa Cardoso 17 noviembre 2001).

IU vuelve a discrepar
Pese a compartir gobierno con el PSOE, el portavoz de IU y primer teniente de alcalde, Tomás Alberich, mostró públicamente sus reservas con algunos gastos de protocolo de Alcaldía, concretamente con la modificación de una partida presupuestaria que recogía dos millones de pesetas destinados a la elaboración de un estudio entre la población de prioridades ciudadanas y otros dos para remitir una felicitación navideña del propio alcalde a los vecinos. “Queremos que haya una tarjeta conjunta de toda la Corporación para que la pueda enviar cualquier concejal”, señaló el entonces edil de IU.

Respecto el citado estudio sobre la población, que el PP calificó dos días más tarde de un puro sondeo preelectoral encargado por el regidor y costeado por las arcas municipales a tenor de las preguntas que con evidentes matices electoralistas se le hacían a los ciudadanos, su portavoz, Carmen Rodríguez, dijo que habían exigido su retirada porque “el alcalde nos ha vuelto a engañar disfrazando este sondeo con un estudio sobre prioridades ciudadanas, algo que también hizo el año pasado, gastándose 1.800.000 pesetas en otro similar, del que ni siquiera nos facilitó información”.

Por su parte, José Pablo González intentó solventar este escabroso asunto asegurando que “el desembolso de unos dos millones de pesetas en el citado estudio de opinión está totalmente justificado, máxime en una ciudad que cuenta con 50.000 habitantes. Para mí es muy importante conocer las preocupaciones de los ciudadanos”.

Curiosamente, estos días en los mentideros políticos locales se ha dicho que una empresa está realizando en Collado Villalba un sondeo de cara a las elecciones municipales de 2011, donde se pide al entrevistado que valore la gestión del alcalde, así como otros asuntos relacionados con la política local. Esto hace presuponer que dicho trabajo se está realizando por encargo del regidor villalbino, suponemos que en su condición de secretario general del PSOE y no como primera autoridad municipal. Y esto sí que conviene aclararlo porque la grave situación económica por la que atraviesan las arcas municipales no permite que éstas puedan sufragar ningún tipo de dispendio.
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