José Tomás, protagonista en Bogotá, donde se alza como triunfador de la temporada

Le cortó dos orejas a su segundo oponente, pero ya a su primero le había realizado una magnifica obra, que no tuvo premio por marrar dos veces con el estoque y otras dos con el verduguillo, lo que hizo que se esfumaran dos trofeos.

El encierro de Las Ventas del Espíritu Santo, propiedad de César Rincón, figura del toreo, ganadero allí y aquí, dio un gran juego, aunque José Tomás no se topara con los dos toros de mayores virtudes. Su primero fue un animal manso y huidizo, por el que nadie daba un duro. Pero el temple y la majestuosidad del torero hizo que el toro fuese rompiendo poco a poco y le cuajara una faena muy intensa, muy emocionante, y vivida con mucha emoción en los tendidos.

Muy flojito era el astado de Rincón al que terminó desorejando. El torero galapagueño tuvo que cuidarlo y mimarlo para que no se derrumbara. Tomás obró el milagro y, con el animal afianzado, consiguió series muy profundas, enganchando a su oponente y toreando a cámara lenta sobre ambos pitones, lo que provocó el delirio en los tendidos de la plaza más relevante de Colombia. Ahora sí, le mató al primer encuentro y cortó dos orejas que le daban licencia para salir a hombros.

El mejor lote de la tarde fue para José María Manzanares, que cortó tres orejas ante dos toros premiados con la vuelta al ruedo y para los que se solicitó el indulto.Destacar la faena al sexto, donde el alicantino toreó con mucho empaque y sentimiento en pasajes bellísimos y de gran hondura. El colombiano Pepe Manrique se llevó una oreja en una tarde histórica y con toreo del bueno que sirvió para cerrar la temporada en Colombia de manera exitosa y a lo grande.

José Tomás, el gran triunfador
La gran tarde protagonizada por José Tomás en Bogotá le ha servido para obtener un gran reconocimiento. Tanto es así que el torero serrano ha sido premiado como el gran triunfador de la temporada 2010 en la plaza Santamaría de la capital colombiana. El torero diestro el trofeo oficial.