Los siervos del poder

No se puede decir que Juan José Morales, actual concejal de Urbanismo y Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Collado Villalba, posea especial autonomía en la gestión del departamento que le corresponde, al margen de las asfixiantes directrices marcadas por el alcalde, José Pablo González, y los poderes fácticos que le rodean. Peor aún: sorprenden los planteamientos absurdos que expone y el argumento tan peregrino del que se sirve, tomando como claro ejemplo las afirmaciones que realizó en el último pleno, reprochando a la oposición que “no hablen de la gran labor que se ha hecho en esta finca, reciclando más de 207.000 metros cúbicos de residuos”, en relación a la recepción de la finca Caño de la Fragua en el estado físico en el que la ha dejado la UTE formada por Ortiz-Cover. Omite deliberadamente en semejante desfachatez y falta de cintura dialéctica que no había necesidad de llegar a tal punto de no haberse hecho una inútil y costosa obra faraónica (la del túnel-parking de Honorio Lozano), que no sirve para nada, de no ser para satisfacer los intereses de una empresa en concreto, tanto en la realización de esta obra con sus 40 millones de euros en concepto de adjudicación y ejecución de la misma, como en el beneficio económico que proviene del aprovechamiento del reciclaje de los residuos inertes, porque señor Morales, ¿verdad que el Ayuntamiento de Collado villalba no ha visto ni un solo céntimo por tal concepto, siendo que los vertidos pertenecen al subsuelo y dominio público de una avenida de la localidad? ¿Por qué no mencionó esto usted en su alocución, así como la imposición de un canon por ocupación y uso privativo de una parcela que además tenía que estar destinada al desarrollo de una finalidad pública y social? Increíble la caradura y la dejación de funciones a que someten la dedicación política.

Por otra parte, ¡faltaría más que hubiera anegado los residuos la finca en cuestión indefinidamente! Vende usted como un éxito lo que no debiera ser más que el punto de partida en la regeneración del lugar, que no efectúan además, como se puede comprobar por el nivel adquirido del terreno con respecto a la autopista. Para ese viaje no hacían falta alforjas, pareciendo más bien que forma parte usted del Consejo de Administración de la empresa mencionada más que su pertenencia al Ayuntamiento de Collado Villalba, dado el afán con el que defiende los intereses de la constructora. A fin de cuentas, qué importa lo que opinen los demás, el pueblo de Collado Villalba, si se tiene el pesebre lleno con un sueldo público que no se lo ganan ni de lejos, garantizando in perpetua.