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DESDE HACE DÍAS, UN COLECTOR DE LOS PEÑASCALES VIERTE EN EL ARROYO TROFAS

El Pardo, de nuevo contaminado por las aguas fecales procedentes de varias urbanizaciones

El aliviadero vierte las aguas contaminadas al arroyo justo antes de entrar en El Pardo  (Foto: R.F.)
El aliviadero vierte las aguas contaminadas al arroyo justo antes de entrar en El Pardo (Foto: R.F.)
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Vecinos de Torrelodones y conservacionistas de esta y otras localidades han vuelto a denunciar lo que consideran “una grave e intolerable agresión ambiental a un cauce natural y a la que es la mayor y más importante reserva natural de Madrid: El Pardo”.

Desde hace más de una semana, el arroyo Trofas, afluente del río Manzanares, soporta el vertido de miles de litros de aguas fecales. Y lo que es más grave aún, los transporta a lo largo de la reserva natural de El Pardo y del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.

Hasta el mes de diciembre, en que comenzaron las esperadas lluvias, las poblaciones de fauna salvaje de esta reserva acudían al cauce seco del arroyo Trofas en busca de algo de humedad, extrayendo de sus barros los escasos brotes herbáceos que no llegaron a florecer en el resto del entorno, tras un año de sequía. Ahora que por fin ha vuelto a discurrir el agua por esta vega poblada de fresnos centenarios, la intervención humana vuelve a contaminarlo. Y es que no es la primera vez que este cauce sufre el vertido de aguas fecales.

Historia de un desastre
Desde que se construyeron las primeras viviendas de la parte alta de Los Peñascales y Las Lomas de El Pardo, en los años 80 principalmente, las agresiones a este arroyo han sido constantes y consentidas por las distintas administraciones.

A ambos lados del embalse de Peñascales han aparecido canalizaciones de viviendas que emiten sus aguas residuales al embalse. A esto hay que sumar la presencia de colectores que vierten directamente al cauce, además de una red de saneamiento deficitaria, paralela al arroyo, que en épocas de crecidas se desborda y arroja los residuos por las bocas de las alcantarillas, al campo y al arroyo Trofas. Incluso en algún punto están apareciendo manantiales de aguas negras, que hacen temer la presencia de fosas sépticas ilegales ya colmatadas en esta urbanización.

A pesar de la obligación que impone la legislación europea de que las aguas continentales o interiores discurran limpias desde 2005, distintas moratorias y plazos en su aplicación están retrasando la efectividad de esta ambiciosa y esperada normativa.

La Directiva Marco de Aguas es la gran esperanza que tienen quienes velan por que los ríos y arroyos españoles vuelvan a discurrir con aguas limpias, que favorezcan o mantengan la vida animal y vegetal en sus cauces.

Esta normativa se pone en marcha para erradicar los miles de vertidos de aguas fecales como los del arroyo Trofas. Pero en países con infraestructuras tan deficitarias y obsoletas como España, donde existen canalizaciones de doble uso (aguas negras y pluviales), el problema es más difícil de corregir. Aún existen muchos municipios y urbanizaciones que no han invertido en cambiar sus colectores para que no se mezclen las aguas de lluvia con las contaminadas, a pesar de que su población sigue aumentando.

Saneamientos desfasados
Y éste parece ser el motivo por el que, en época de lluvias, los colectores de Los Peñascales tienen que derivar sus aguas mezcladas hacia el arroyo, a través de los aliviaderos, para corregir la deficiencia de una red insuficiente que aún no separa aguas tan distintas.

De momento, como explican vecinos y conservacionistas, el organismo más relevante en materia de aguas en la Comunidad de Madrid, la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), no está resultando de gran ayuda, ya que su papel es meramente sancionador y no obliga a que se reparen las irregularidades.

Según explica Santiago Martín Barajas, responsable de aguas de Ecologistas en Acción y miembro de la Junta Rectora del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, “éste es un problema difícil de solucionar, ya que los ayuntamientos tendrían que dar prioridad a la conservación y destinar una parte de sus inversiones a evitar contaminaciones tan graves como ésta de El Pardo”.

El Ayuntamiento de Torrelodones aseguró esta semana a El Faro del Guadarrama que estaba avisado de este vertido y que iba a revisar las canalizaciones por si hubiera algún punto de los emisarios obstruido que estuviera provocando esta salida de aguas hacia el arroyo. Otro problema añadido es que el punto del vertido se encuentra en el linde con Las Rozas, aunque las aguas proceden de urbanizaciones de la primera localidad. Ello complica su solución, aunque el Consistorio asegura que ahora se actuará y luego se verá a quién corresponde realmente adoptar las medidas necesarias para evitar situaciones de este tipo.
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