LUCES Y SOMBRAS
La Chopera y el hospital comarcal
Nueva polémica sobre el PGOU de Alpedrete - El “tres por uno” de El Boalo
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
El colectivo Salvemos la Chopera nos ha dado a conocer su opinión sobre la decisión que, al parecer, ha tomado la Comunidad de Madrid de ubicar, después de largas reflexiones, el hospital comarcal en la zona de la Chopera de Collado Villalba. La plataforma comienza su exposición haciendo referencia a Alphonso della Marmora, Los Secretos de Estado en el Gobierno Constitucional, 1877 “Se hagan las leyes que se hagan, nada impedirá nunca que los pretendidos secretos de Estado lleguen a ser conocidos de una u otra manera. Cuanto más severas sean las leyes, con mayor razón se verá comprometido el gobierno que las invoque ante los tribunales con el fin de tapar sus irregularidades, sus abusos de poder o sus debilidades”.
Posteriormente califica de ‘burda operación propagandística’ la nota de prensa emitida por el Ayuntamiento villalbino el pasado 15 de enero en relación al presunto acuerdo al que ha llegado con la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, para la construcción del hospital en dicha zona. “Pero vamos a ver, ¿es que acaso esperábamos otra cosa tras dos años de continuo machaque mediático, manipulando la calificación urbanística de las Cercas de la Poveda (la Chopera), que no Cerca del Montero? Ahí no reside la novedad, sino -y ellos mismos se delatan- en las serias dificultades que han encontrado para lograr destruir la Chopera por razones medioambientales, y en el hecho de, una vez alcanzado ese presunto acuerdo con la Presidenta, el paso dado por la Comunidad de Madrid probablemente vaya en la dirección de establecer algún acuerdo secreto con el alcalde villalbino sobre la finca de Caño de la Fragua, cuyo contenido y contrapartida desconocemos para no ubicar en la misma la instalación sanitaria, poniendo éste último de pantalla a La Dehesa municipal como foco de desviación de la atención de la operación pactada”.
‘Salvemos la Chopera’ fundamenta esta hipótesis en las declaraciones que en su día realizó el concejal de Urbanismo, Juan J. Morales a este periódico, en el sentido de incluir a aquel y no a la Dehesa Boyal, en atención al enorme volumen de alegaciones que así lo reclamaban.
Se complica la aprobación definitiva del PGOU de Alpedrete
En fin, creo que este tema aún no está cerrado y que va a seguir dando mucho que hablar y escribir en los próximos meses.
Tengo la sensación de que Marisol Casado, alcaldesa de Alpedrete, ha vendido la piel del oso (PGOU) antes de cazarlo (aprobación definitiva por parte de la Comunidad). Me explico, por un lado se dice que el Gobierno regional ha detectado en dicho planeamiento bastantes carencias e irregularidades que, salvo que sean subsanadas, no permitirán su aprobación. Por el otro, Adif (antes RENFE) también está poniendo numerosos inconvenientes a dicho documento puesto que en él no se contempla la duplicidad de la vía férrea Las Rozas-Alpedrete, ni tampoco la ampliación de la nueva estación y sus zonas de aparcamiento. Pero, además de todo esto, al Ejecutivo alpedreteño no se le ocurre mejor idea que incluir en los Presupuestos municipales para este año una partida de más de medio millón de euros en concepto de ingresos vía Plan General de Ordenación Urbana.
Difícilmente le van a salir las cuentas al Equipo de Gobierno que preside Marisol Casado si, como nos tememos, el PGOU se paraliza hasta darle solución lo que parece tener visos de ser algo más que errores técnicos, un hecho que tal como denuncia hoy en este periódico una vecina de esta localidad (en la sección de cartas al director), empieza a generar opiniones contradictorias incluso en el seno del propio Ejecutivo. Y eso, amiga Marisol, ya es harina de otro costal.
El Boalo-Cerceda-Mataelpino y su peculiar “tres por uno”
Si ya de por sí resulta bastante complicado para nuestros políticos regir los destinos de una sola localidad, imagínense la de tres núcleos vecinales con su propia identidad, separados entre sí por tres o cuatro kilómetros de distancia y que, desde hace varios siglos, comparten el mismo Consistorio. Nos estamos refiriendo al municipio tripartito formado por El Boalo-Cerceda-Matalpino, cuyo censo actual apenas llega a los 7.000 habitantes, aunque su población real pueda superar los 16.000. Me imagino el encaje de bolillos que habrá tenido que hacer su alcaldesa, Carmen Díaz Carralón (PP) -ocupa el cargo desde 1995-, para seguir al frente de esta peculiar Corporación. Pienso que gracias a su larga trayectoria política, la regidora ha podido ir perfilando su labor salomónica, cuyo objetivo pasará por tener a todos sus vecinos contentos, sobre todo a la hora de repartir infraestructuras y servicios (colegios, instalaciones deportivas, consultorios médicos, etc) a partes iguales entre los tres núcleos poblacionales. Algo así como, un “tres por uno” que, desde mi punto de vista, es tan complicado como intentar la cuadratura del círculo. Y Carmen parece haberlo conseguido. Enhorabuena.