Los carteles de Valdemorillo

Los carteles se quedan cojos y no justifican nada la subvención que el Ayuntamiento otorga al tándem San Román-Entero. Uno, propietario del inmueble, y otro empresario. Hablan de 190.000 euros, que por lo que se oferta suena a rechifla. Normal que con esta pasta al empresario le toque un pie que tenga que recortar algún festejo.
Vienen al caso aquellas acertadísimas declaraciones del apoderado de José Tomás, Salvador Boix, diciendo que ya va siendo hora de que se hable del dinero que ganan las empresas.
Con la subvención, tirando por lo alto los gastos, sobran miles de euros de beneficios. Si a eso sumamos los ingresos en taquilla, las canales de los toros y los derechos de televisión, el margen es enorme. ¿Cómo que hay recorte? ¿qué está pasando aquí? No tengo nada contra el empresario. Mientras se lo den, presente estas combinaciones y se lo permitan, hace muy bien en ganar lo máximo.
El Ayuntamiento es el culpable.
El ganado ya se sabe. La de San Román, que aglutina petardos por doquier. Esto cada año es puro masoquismo para el aficionado.
Recuerdo una corrida santacolomeña de Pablo Mayoral lidiada hace unos años con más casta de la buena de las que jamás salieron por el chiquero de Valdemorillo.
Mis mayores respetos para los toreros, porque todos tienen derecho a una oportunidad, pero varios que se anuncian no son de la categoría suficiente de la que dice ser la primera feria del calendario. El cartel del domingo se salva por ser de diestros con el hambre de triunfo, pero el del sábado no se coge ni con alfileres... ¿Y Noelia Mota? Se hubiera rematado un bonito cartel de novilleros y al final han terminado echando un borrón. ¿Qué diría la prensa del pesebre y los acólitos si esta feria la organizase otro? Barbaridades, seguro. Dicen los del tendido 7 de Madrid que vuelva Manili y yo digo que vuelva Víctor Aguirre o el pobre Justo Ojeda, que por menos de la mitad de subvención ofertaron más y mejores festejos.