EL MIRADOR
En el primer peldaño
Por: Pilar Paz
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Estamos situados justamente en el primer tramo de los escalones del nuevo año que, según la tradicional cronología, corresponden a la subida de una empinada cuesta, la de enero.
Al inicio de esta nueva ascensión con la que iniciamos un nuevo tiempo puede que lleguemos, como en años anteriores, enriquecidos por nuevas experiencias y doloridos por otras, zarandeados por situaciones que afectan a toda la colectividad, esperando algo que varíe estos signos oscuros y alarmantes con los que han tenido que enfrentarse los responsables de la política nacional, los problemas surgidos de unas circunstancias que sucedieron unas a otras, marcadas por una especie de sortilegio funesto que no se sabe qué espíritus malignos o al estilo de esas muñecas rusas que han ido saliendo una del fondo de la otra, ya puestos a creer en lo increíble, enredadas como zarcillos en la malignidad. Así, y por encima, el recuento: desde el caso Alakrana pasando por el delicado asunto de Aminatu Haidar -casos concretos, y no situaciones como la del caos babilónico de Air Comet, que estas son otras- hasta el último rapto de los cooperantes barceloneses, el panorama no es precisamente el apropiado para saludar a nadie con poéticas espaciales. Sin embargo, una no encuentra receta que sustituya con más eficacia lo que de por sí es imposible, el optimismo a lo tonto y loco, como la ilusión. Nadie puede negarnos el derecho a seguir entusiasmados en el cultivo de la propia tarea y de sentir la llegada del nuevo año con las esperanzas debidas y habidas para repartir entre todos, alentándonos a mirar hacia arriba, una dedicación y un cultivo de aquella tarea que nos ocupa a cada uno y nos hace ser felices.