www.elfarodelguadarrama.com

OPINIÓN

Dosis de democracia

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Reproducimos hoy este artículo publicado el 30 de mayo de 2007 en el blog de faraonchurrero.blogspot.com, dado el interés de su contenido, sobre todo en los pronunciamientos que su autor realiza sobre la prepotente gestión política del alcalde villalbino y, también, por los interesantes pronósticos vertidos hace dos años y medio sobre una obra faraónica, la de Honorio Lozano - Batalla de Bailén, que sólo ha servido para enriquecer a algunos y empobrecer las arcas municipales de un Ayuntamiento condenado no sólo a pagar los 40 millones del coste de la obra (se adjudicó en 20 millones, cantidad que finalmente se duplicó a consecuencia de los modificados habidos), sino también el canon anual del mantenimiento de unas instalaciones (deberá pagar más de un millón de euros durante cuatro décadas), que apenas nadie utiliza.
El artículo dice textualmente:“José Pablo González Durán es un alcalde de primarios instintos y visceral talante, de esos a los que no le gustan los valores democráticos porque se siente por encima de la ley, del bien y del mal, y un principio básico como aquel que indica que la Ley, en democracia, es igual y vinculante para todos. Creo que eso se da en la Licenciatura de Políticas. Ha manejado la ciudad como un cortijo, administrando sus bienes y recursos como los de uno mismo, pero no en el buen sentido de la palabra (¡ojalá!), sino en el más negativo; no en aras del progreso inteligente, sino en defensa de intereses que en nada coinciden con los que el ciudadano, por medio de sus votos, quiere expresar al gobernante (porque sí... el ciudadano otorga un mandato, y eso también se da en Políticas, señor González). La Ley, en sus diferentes tipos, está para cumplirla, tanto nuestra Carta Magna como las Ordenanzas Municipales, y tanto merece una como las otras, pese a su diferencia de rangos. Aparte, los contratos vinculan a sus firmantes, es sabido; si dicen que tal calle no se corta o que tal día se acaba, y si no es así, la parte que manipula debe resarcir; el resarcimiento debe cumplirse. Porque aquí no se trata que en tu chalet no te han hecho el jardín como y tan pronto te gustaba y puedes exigir al jardinero que haga lo que se comprometió a hacer o pasar por alto lo que a ti te de la gana. Total, con tu dinero... Pero esta ciudad no es un jardín, y las obras no las pagas con tu dinero, por tanto los que apostamos de manera puntual (cumpliendo nosotros sí con la ley), tenemos derecho a exigir la calidad, puntualidad y procedimientos que se firmaron. Porque un contrato no se firma para llevarse (o regalar, según del lado que nos pongamos) una obra de desmedidas características para una ciudad como Collado Villalba.

Y dejando a un lado la teoría, y pasando a concretar un poco, el tiempo es el que va a hablar sobre la utilidad y oportunidad de esta ingente obra de remodelación y construcción de un parking-túnel en las calles de Honorio Lozano y Batalla de Bailén. Cuando haya pasado la euforia de su inauguración, allá para cuando quiera el destino que esto ocurra, podremos realmente ver la dimensión de una obra que, obviando su nefasta ejecución, siempre fue claramente innecesaria para esta ciudad. Entonces tendremos un parking deficientemente realizado y mantenido (como el que ya hay en los bajos de la biblioteca), e infrautilizado, y una solución para el tráfico que no es capaz de solucionar nada, porque no es lo que el tráfico necesita. Esto es lo que hay en este país... Sus políticos tienen mucha suerte porque por propia definición, el ciudadano español no es proclive a exigir lo que es suyo, y se conforma con lo que sus representantes tienen a bien traerles, como los Reyes Magos, como si fueran regalos que al final abren tras cortar una cintita: hospitales, metro, carreteras... aunque sean encubiertamente privados. Pero claro, en realidad somos una panda de desagradecidos, que nunca sabremos apreciar todo lo bien que nuestros políticos nos hacen”.

Tal vez por este motivo, en la mañana de ayer, jueves, José Pablo González quiso hacernos una nueva demostración de que la obra de Honorio Lozano y Batalla de Bailén era algo muy personal, prestándose a presidir la inauguración de las ‘Jornadas de Puertas Abiertas’ organizadas por la concesionaria del parking, cuyo único objetivo era promocionar la venta (casi imposible) de las decenas de plazas de aparcamiento que aún tienen vacías. Y allí estaba él, orgulloso de su obra.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios