José Tomás corta una oreja y da una vuelta al ruedo en su actuación en México

Pero la suerte le fue esquiva al torero de Galapagar. Primero por toparse con un encierro de Xajay muy podrido, descastado y manso, que tiró por tierra cualquier posibilidad de un éxito importante. La casta del toro de aquel país está por los suelos y ni siquiera este hierro se libra de la quema. No podemos pasar por alto la presentación del encierro, dos puntos por encima del toro que cada domingo sale por los chiqueros de aquella plaza. Por otra parte, también pudo cortar una oreja a su primer oponente, pero el juez de plaza (equivalente a figura del presidente en España) le hurtó la concesión del trofeo. Del mismo modo, pudo sumar otra más de un sobrero que regaló en séptimo lugar, pero tardo muchísimo en caer, el público se enfrió y se esfumó la oportunidad de cortar otro trofeo. Pudieron ser tres, sólo fue una, pero por encima de los números José Tomás se sobrepuso a la condición de sus toros, les sacó todo lo que llevaban dentro, les exprimió al máximo y nadie salió descontento del coso. Posiblemente al torero y a todos les hubiese gustado un triunfo mayor, pero al final el toro y las circunstancias tienen estos caprichos.

A su primer oponente le recetó un gran quite por verónicas, con su proverbial sello. La faena estuvo preñada de gran armonía e intensidad, ante un toro muy remiso a seguir las telas. Hubo dos series de naturales de gran intensidad, con poder y torería, y rematadas con pases por alto. El final tuvo mucho sabor, con pases del desdén, cambiados de mano y adornos que hicieron subir la temperatura en los tendidos. La oreja estaba en las manos de José Tomás, pero el uso del descabello hizo que todo se quedara en una vuelta al ruedo tras una petición mayoritaria por parte del público que no fue atendida por el juez de plaza, quien se hizo acreedor de una sonora bronca.

Una oreja del tercero
Sí cortó una oreja al tercero en este mano a mano con el azteca Arturo Macías. El de Galapagar se inventó literalmente una faena ante un toro incierto y áspero, cimentando una labor de mucho poder y dominio. Aguantó parones y miradas con su estoico valor, demostrando determinación y rotundidad. Hubo sinceridad en su faena y sobre la mano izquierda levantó al público de sus asientos. Tras una estocada, el diestro serrano paseó una oreja de muchísimo peso.

El quinto fue el de peor condición. A este astado de Xajay le dibujó un quite por gaoneras espeluznante. Fueron siete seguidas muy ceñidas con los pitones del toro, sin moverse y que enloquecieron los tendidos. Pero luego la faena no tuvo especial calado, ya que el torero puso todo de su parte pero era imposible.

Por su parte, el mexicano Arturo Macías cortó dos orejas del mejor toro del encierro, en una faena de temple y gusto. José Tomás optó por regalar el sobrero. Tampoco quiso embestir y pronto buscó el abrigo de las tablas. La faena fue de menos a más y el final tuvo mucho temple. El diestro se gustó y hubo despaciosidad. Tras una estocada, el toro se tragó la muerte y lo que iba para oreja se quedo en el cariño de la afición.

Quito y Lima, las últimas del año

José Tomás pondrá esta semana el broche al año toreando en Quito (Ecuador) y Lima (Perú). Ayer, jueves, estaba previsto que hiciera el paseíllo en la capital ecuatoriana, que durante estos días celebra su feria, compartiendo cartel con Luis Francisco Esplá (que se está despidiendo de aquellas plazas) y el torero local Diego Rivas. De allí el torero madrileño partirá rumbo a Lima, donde este domingo se presenta en el bicentenario coso de “Acho”, tras ocho años de ausencia en esta plaza. Se anuncia junto a Finito de Córdoba y Miguel Ángel Perera para lidiar un encierro de Roberto Puga.

Al concluir esta corrida el torero regresará a España para tomarse un respiro, ya que hasta enero no está contratado en Colombia y posiblemente toreará su segunda tarde en la Monumental de México.