ALUMNOS, PROFESOR Y GERENTE COMENTAN UN AÑO MUY POSITIVO
La Escuela Taurina de Moralzarzal comienza a dar los primeros frutos
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
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Víctor Álvarez, Jesús Martínez y Guillermo López |
La Escuela de Tauromaquia de Moralzarzal ha acabado la temporada de forma satisfactoria. El trabajo y la constancia da ya los primeros frutos. Muchos chavales han ido adquiriendo conocimientos que se empiezan a ver reflejados en la plaza. Tres jóvenes han debutado como novilleros con muy buenas maneras. Por detrás, aprieta una amplia cantera y muchos niños sueñan cada día con ser toreros. La fiesta de los toros en la Sierra se mueve, gracias a la apuesta del Ayuntamiento por promocionar esta iniciativa. El proyecto sigue creciendo y cada vez está más consolidado.
Guillermo López Leiro, Víctor Álvarez, Jesús Martínez y Pablo Gallego son los cuatro alumnos aventajados de la escuela. Han llevado a cabo una intensa temporada, han progresado de manera notable y han agarrado triunfos que hacen albergar esperanzas de cara a su futuro.
El primero de ellos, ha sido elegido por Joselito para la escuela de alto rendimiento de Guadalajara. Es un torero de pellizco y gusto.
Víctor y Guillermo ya han debutado de luces como novilleros y Jesús lo hará a comienzos de 2010. Todos los chavales son de la Sierra, comparten el mismo objetivo y gracias a este gran proyecto pueden ir desarrollando lo que llevan dentro.
Guillermo López Leiro: temple
Guillermo es de Moralzarzal, tiene 17 años y posee un concepto sobrio, templado y muy poderoso. “Esta temporada la he terminado mejor que comencé y es el año que más he toreado. He estado en 12 festejos, cortando 16 orejas y un rabo, y poco a poco hemos ido mejorando”, comenta el joven.
Leiro, que lleva inscrito desde que se creó la escuela, tiene antecedentes taurinos: “Mi familia tiene una ganadería de bravo y tengo dos primos picadores, Luis Miguel y Juan José; desde siempre, el toro se ha vivido en casa. La afición creo que me viene de ahí”. Para la próxima temporada, señala, “tengo ilusión, espero torear mucho y es por ello que este invierno voy a prepararme duro para no dejar escapar ninguna oportunidad. También quiero agradecer a la escuela su apoyo”.
Víctor Álvarez: la variedad
Víctor Álvarez es de Guadarrama, tiene 16 años y es un ciclón. Posee gran variedad en los tres tercios y es muy contundente con banderillas y espada. “Esta ha sido mi primera temporada y la verdad es que ha ido muy bien. He matado 20 añojos y tres erales, y se va notando la evolución y que uno va adquiriendo más oficio y entendiendo mejor a los animales”, reconoce satisfecho.
Para Víctor, todas las tardes son importantes, pero una la recuerda de manera especial: “La final del Certamen Frascuelo de Bronce aquí en Moralzarzal. Fue mi debut como novillero, conseguí salí a hombros junto a mis compañeros y fue una tarde bonita, salió todo muy bien”.
Álvarez, como sus compañeros, sólo tiene elogios para la escuela. “Se están portando de maravilla y a pesar del tema de la crisis nos están facilitando muchas cosas”. Para el año próximo, lo tiene claro: “Triunfar donde nos pongan, dar la cara y cortar orejas y rabos”.
Jesús Martínez: buen gusto
Jesús Martínez es también de la Sierra, de Cercedilla. Aunque aún no ha debutado como novillero, ha toreado muchas becerradas y apunta un toreo fino, templado y elegante.
Sin embargo, este año no ha tenido suerte y ha saboreado el trago amargo de las cornadas, pero Jesús ha sabido superarlo con mucha entereza y nunca ha cundido el desánimo. “He toreado once añojos, he paseado 11 orejas y ha sido una temporada un tanto accidentada. En Valdemanco un becerro me pisó y me mandó para el hospital, desplazándome un pulmón. Luego también sufrí un percance en Lanzahita y me dejó sin torear en dos tardes muy importantes para mí, Cercedilla y Galapagar. Me sentó mal, pero hay que mirar el lado positivo, porque se aprende y se corrigen fallos”.
Jesús se ve cada vez mejor delante de los animales. “Desde que comencé se nota que he mejorado y me siento más torero y seguro delante de los novillos. David Blázquez, nuestro maestro, es muy duro, nos entrena mucho, pero estoy muy contento”, afirma Jesús, a quien la afición le viene por parte de su abuelo y también por su tío, el ganadero de su localidad Marcos Sáenz de Miera.
La palabra “ilusión” es la que más se repite en estos tres alumnos, cuyos rostros esbozan una sonrisa entre pícara e inocente y guardan el sueño de alcanzar la gloria y lograr el éxito: ser toreros.
David Blázquez: “Valoro su actitud tan positiva”
David Blázquez es el profesor docente de la escuela. Forjado en nuestra comarca en las duras novilladas, se ha curtido como gran profesional. Conocedor de la dificultad que entraña la profesión, hoy es un excelente banderillero que intenta aportar sus conocimientos. “Los chavales que quieren ser toreros maduran como personas a edades muy tempranas. En base a eso trabajamos mucho. Es un proceso muy lento. En el aprendizaje hacemos una cuidada preparación física, porque estar fuerte da valor frente al toro. Luego les hacemos que sepan hacer todas las suertes y que aprendan a banderillear. También es imprescindible la técnica con la muleta y la suerte de matar”.
Blázquez también les inculca otros aspectos del toreo. “Me gusta ponerles vídeos de toreros de ayer y de la actualidad. También de ellos mismos, para corregir defectos y hacer una valoración".
Este contrastado profesional valora mucho el toreo de salón. “Es importantísimo torear perfecto y purificamos mucho este tema. Siempre digo que todo lo que consigas luego delante del toro se queda en un 50 por ciento, tanto física como técnicamente”, sentencia.
Lo que se aprecia es la variedad. Cada chaval es distinto e interpreta el toreo de una forma. “La técnica es muy parecida para todos, pero lo que diferencia es que cada uno sea distinto y que no se parezcan unos a otros. Yo estoy para enseñar y hacer hincapié en los defectos, pero otra cosa es el corte de cada torero, eso hay que respetarlo y hay que dejar a cada uno expresar su concepto delante del toro”. En general, está contento con el curso 2009. “Con mil fallos que tienen aún, lo que valoro de los chavales esta temporada es la actitud tan positiva que han mostrado cada día. Yo quiero que arriesguen, que se entreguen y que estén en novillero por encima de todo, y eso lo hemos conseguido y mejorado”. El profesor persigue un objetivo para 2010. “Espero que el próximo año toreen mucho por la Sierra y continúen aprendiendo”.
Javier González: “Hay que formarlos en unos valores”
Javier González es gerente de la plaza de toros, además de ejercer como coordinador de la escuela. Nos comenta como se ha desarrollado la campaña: “El resultado ha sido positivo y 2009 ha sido un año de menos a más. Hemos ido creciendo en el número de festejos y en la intensidad de los mismos. Dos de nuestros alumnos ya han debutado sin picadores y hemos conseguido aumentar el Certamen Frascuelo de Bronce, tanto en cantidad como calidad. Han sido ocho clases prácticas y una novillada sin picadores. Para el próximo año vamos a seguir manteniendo esta línea, además de buscar contratos en novilladas sin picadores”. Por otra parte, señala que también se inculca a los alumnos otros aspectos muy importante. “Hay que formarlos en unos valores, y eso está por delante de ser toreros. Hay que enseñarlos la disciplina, la competencia, la entrega o el sacrificio, que son valores que están unidos al mundo del toros”. Las miras ya están puestas en 2010. “Este año ha sido complicado, pero nosotros hemos tenido suerte y entre todos los chavales han toreado entre 70 y 80 festejos, que es un número importante. Para 2010, afrontamos las novilladas sin caballos con esperanza”.
La escuela de aficionados
La escuela taurina de carácter ‘amateur’ ha sido un completo éxito. Hay que ver a más de 40 personas entrenando con una afición desmedida. Muchos viajan desde muy lejos de Moralzarzal y es envidiable comprobar cómo se preparan a conciencia. Es el caso de Juan Antonio o de Martín López, que vienen desde Segovia. Este último es además el creador del Tirotatoteiro (encierro infantil con carretones). O del propio Francisco Santos, que valora "como una maravilla y un gran acierto la puesta en marcha de la escuela taurina para aficionados”. Por su parte, César Murillo comenta que “en cuanto me enteré de esta idea, no me lo pensé. Estoy muy agradecido al Ayuntamiento por poder hacer lo que nos gusta". “Una Escuela de Tauromaquia tiene que ser también un centro de difusión de la cultura taurina, y es por ello que hemos creado la escuela de aficionados. Hacen ejercicio, se mantienen en forma y practican una actividad que les gusta, y de este modo también formamos aficionados”, comenta Javier González, gerente de la plaza de toros cubierta de Moralzarzal. Las clases son los martes y jueves.