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PERERA, PINAR, CASTELLA Y LUQUE SALIERON A HOMBROS, MIENTRAS QUE EN EL APARTADO GANADERO DESTACÓ ALCURRUCÉN

Notable feria de Colmenar con muchos triunfos y gran nivel

ALFREDO FERNÁNDEZ/Colmenar Viejo

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Hacía años que no se vivía una feria de Colmenar Viejo tan buena y con tantos éxitos como la celebrada en este 2009, a falta de darse las novilladas. La empresa Taurodelta, liderada por José Antonio Martínez Uranga, ha sabido coger el pulso a esta plaza tan difícil y ha completado un ciclo con buenos resultados y la categoría que se venía demandando desde hace tiempo, lidiándose además un toro bien presentado.
Taurodelta ha subido el listón y el Ayuntamiento ha acertado con esta solvente empresa
Hasta cuatro veces se ha abierto la puerta grande: Perera, Pinar, Luque y Castella han cruzado el umbral con faenas importantes y de gran calado. Destacar también una extraordinaria corrida de Alcurrucén, posiblemente una de las mejores en toda la temporada, con un toro premiado con la vuelta al ruedo y otro que también mereció este honor.

La faena más redonda y maciza del ciclo la completó Miguel Angel Perera el lunes 31 de agosto al sexto toro de Luis Algarra. El mejor ejemplar de un encierro descastado que venía a sustituir al anunciado de Martelilla y que la empresa no dudó en reemplazar cuando varios toros de esta vacada fueron rechazados en el reconocimiento. Perera firmó una faena importante, comenzando con ceñidos pases cambiados por la espalda para luego torear muy despacio y profundo sobre la mano derecha; cuando el toro perdió fuelle se metió entre los pitones con gran valor y determinación. Tumbó al animal de una estocada y triunfó. También paseó dos orejas Sebastián Castella de un toro noble al que el diestro instrumentó una faena de alto voltaje, muy valiente y pisando esos terrenos tan comprometidos de cercanías donde el francés se encuentra tan a gusto. Luis Francisco Esplá, con un mal lote, sólo pudo dejar detalles de su tauromaquia en el cuarto.

Un gran corrida de Alcurrucén
El domingo 30 se lidió una corrida de Alcurrucén preciosa de hechuras, con cuatro toros excelentes y de alta nota. Rubén Pinar cortó tres orejas y estuvo a gran altura. Cuajó al bravo sexto realizándole una faena vibrante con la virtud de la ligazón y del temple, en series muy compactas y reunidas sobre ambas manos. El estoconazo final fue de libro. También cortó un trofeo de su primero, tras una faena inteligente ante un toro bueno y con fondo.

Antonio Ferrera se lució con capote y banderillas en el toro premiado con la vuelta al ruedo y luego realizó una faena efectista e intensa, acoplándose por momentos con la gran embestida de Sucesor. Fue una labor intermitente llena de colorido y de recursos. Pinchó antes de dejar una estocada y se le concedió un trofeo. Miguel Abellán también cortó una oreja de peso, toreando muy encajado y profundo sobre la mano derecha a un toro de gran clase y ritmo.

El martes 1 de septiembre era otro de los carteles estrella del abono, pero el descastado y flojo encierro de Montalvo se cargó todas las ilusiones. Un conjunto de excelente presencia, pero hueco por dentro. Daniel Luque desorejó a su primero, el de más temple y fondo del conjunto, al que toreó con pulso y entendió bien en los tiempos. El colofón llegó con los pases cambiados por la espalda con la planta quieta, que levantaron al público de sus asientos. Tras una estocada trasera paseó las dos orejas. El Fandi cortó una oreja a un chico sobrero de José Luis Marca al que muleteó con oficio y suficiencia y al que mató de una estocada arriba y efectiva. El resto del festejo tuvo poca historia por la condición de los toros de Montalvo. El Juli fue tratado de manera injusta por el público.

La feria se abrió el sábado 29 con una corrida de Araúz de Robles de impecable presencia, fuerte y muy astifina, pero que resultó descastada, sosa y aburrida. Diego Urdiales toreó francamente bien al cuarto, pero el público estuvo frío y no lo valoró. Sergio Aguilar también pudo cortar un trofeo, aunque se esfumó por culpa de la espada. Resultó corneado al descabellar.
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