Celestino en el recuerdo
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Celestino, el entrañable abuelo de José Tomás, se ha marchado al tendido de los cielos con el sueño cumplido de ver a su nieto convertido en un torero de época. Los aficionados nunca le podremos estar lo suficientemente agradecidos por lo que hizo.
Fue el bendito culpable. Celestino fue el que cambio el rumbo en la vida de José Tomás. Fue quien le compró su primera muleta. La persona que le incitó a que por primera vez se pusiera delante de una becerra. El que le compró su primer vestido de luces. Vital en su carrera y en su vida. Celestino era de esas personas románticas que ya no quedan. Como el nieto, de personalidad arrebatadora. De esos aficionados a los toros de antaño con sensibilidad distinta. Fue taxista y chófer de toreros en esas carreteras de la España rural.
Fue el que le llevó por primera vez a los toros y el que de su mano le sentaba un día tras otro en los tendidos de Las Ventas. El que primero apostó. Conocedor del toreo y sus entresijos, sabía de las grandes dotes que atesoraba.
José Tomás era consciente de que el final podía estar cercano. Su último triunfo en Madrid se lo dedicó a él. Le llevó un regalo: las cuatro orejas del 5-J. Seguro que le prologó un poquito más su vida al ver el incontestable triunfo de su nieto. En los últimos años ya no podía viajar por todas las plazas donde actuaba. La salud le flaqueaba, pero no la ilusión de verle triunfar
Donde esté se sentirá muy orgulloso y verá a sus nieto salir puerta grande del éxito hasta la eternidad. Gracias, Celestino. Hasta siempre.