La parálisis del cuatripartito provocó la ruptura con la plataforma y la moción de censura que llevó aL PP a la alcaldía
Galapagar: dos años, dos gobiernos y un socio en común
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
La legislatura que ahora alcanza el ecuador (las elecciones se celebraron el 27 de mayo de 2007) se inició en Galapagar después de dos complicadas semanas de negociaciones, que culminaron con un acuerdo en el que el suspense se mantuvo hasta el último minuto, dando forma a un cuatripartito (PSOE, Plataforma de Vecinos, Activa y Foro Verde - GyU) que nació con el objetivo común de frenar el Plan General que se había puesto en marcha por el anterior Ejecutivo.
Dicho y hecho: a finales de julio se retiró el Avance y ahí se puede decir que se acabaron los logros del gobierno presidido por Carmen Toledano (al margen de algunas decisiones poco menos que anecdóticas, como el traslado de los plenos al teatro Jacinto Benavente), que ni siquiera logró la unidad en las filas socialistas (la concejala de Hacienda renunció a sus delegaciones antes de que terminase el año). Las tensiones comenzaron a hacerse cada vez más evidentes entre el PSOE y sus socios, y también entre los propios socios entre sí (divisiones internas en Activa). La huelga a la japonesa de la Policía también hizo mella en el Ejecutivo, así como la celebración de una nueva y polémica edición de Galapajazz, con críticas por parte de PdeVG, mientras el Partido Popular denunciaba el caos en el funcionamiento del Consistorio y empezaba a esperar su momento, aprovechando el manifiesto desgaste de un cuatripartito que desde el verano de 2008 parecía condenado a morir (y más ante la incapacidad para aprobar un presupuesto). Y, efectivamente, pasaron las fiestas patronales y el 30 de septiembre se debatió la moción de censura que cambiaría el signo del gobierno, con Daniel Pérez (PP) al frente del Ayuntamiento. El denominador común entre una y otra etapa vino marcado por la presencia de la Plataforma de Vecinos. No faltaron las acusaciones de traición, pero el relevo en el gobierno fue un hecho consumado con promesas de cambio. PP y PdeVG consiguieron sacar adelante los presupuestos y también aprobaron una polémica subida de tasas (se libró el IBI) que provocó la protesta de algunos usuarios de los talleres culturales y deportivos. Mientras tanto, el PSOE iniciaba un proceso de renovación, con la elección de una Ejecutiva en la que no estaba la ya ex alcaldesa.
Por otra parte, algunos de los compromisos adquiridos por el Equipo de Gobierno empezaban a tomar forma, como una Escuela Infantil en La Navata (su entrada en funcionamiento está para el próximo curso) o el inicio de los trámites para crear un tanatorio municipal, además de retomar las negociaciones de cara a la construcción del esperado segundo Centro de Salud. Sin embargo, el Plan General continúa en stand-by, planteándose como la gran incógnita que deberá resolverse los próximos meses. Eso, y el posible desgaste que tanto PP como PdeVG puedan tener en la próxima convocatoria electoral.