Los aullidos de Lobo Cojo

Lobo Cojo dice que él no entiende cómo JP es capaz de poner entre la espada y la pared a Gómez con este escabroso asunto, y más cuando fue éste quien avaló su candidatura al Parlamento Europeo. Bien, nuestro personaje, después de una larga reflexión, ha llegado a la conclusión de que el alcalde está obsesionado con cargarse La Chopera para vengarse por los malos ratos que pasó cuando vivía en un modesto adosadito ubicado en esta zona (recuerden los absurdos contenciosos que mantuvo con su vecino, al que acusaba de azuzar al perro para que no pudiera descansar, incluso solicitando en varios ocasiones la intervención de la Policía Local), y si no ¿para que ha recalificado estos terrenos protegidos? ¿sólo para construir el hospital y los pisos de protección de Ortiz? ¿Acaso alguien me garantiza que más adelante no se promoverán chalets en parcelas aledañas? Bien sea éste u otro el motivo, lo malo son las consecuencias que pueda generar tanta obstinación, entre ellas la paralización sine die del hospital. Claro que como JP ya tiene, con permiso de los electores, las maletas preparadas para irse a Bruselas...”.