SE CELEBRÓ EL PASADO DOMINGO CON TRES TOREROS A LA DERIVA Y UN BAJO NIVEL GANADERO
Un bravo toro de Adolfo Martín gana el concurso de ganaderías de Las Ventas
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
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El bravo toro de Adolfo que recibió el premio / las-ventas.com |
Fue una jornada donde el toro fue el protagonista del espectáculo. Siempre lo debe ser, pero en una corrida concurso de ganaderías mucho más, ya que es el eje principal y donde se centran todas las miradas de los aficionados. Con sus partidarios y sus detractores, son corridas diferentes, con su público y que, en ocasiones, son festejos interesantes y atractivos. La corrida concurso de este último domingo en Madrid lo fue en algunos momentos. Hubo aburrimiento también, pero ¿en cuántas tardes no lo hay? Es verdad que estos festejos tienen una espiral complicada: si los toros se emplean mucho en el caballo luego está el hándicap de que lleguen muy mermados a la muleta y terminan acusándolo. Pasa en la concurso que se celebra en Guadarrama y pasa en otras donde se imprime seriedad a esta modalidad. En esta de Las Ventas también ocurrió lo mismo.
Corrida de toros Concurso de ganaderías
Domingo, 19 de abril de 2009
Un tercio de entrada. Toros por este orden: Juan Luis Fraile, (cumplidor en tres varas y encastado; sin romper); Moreno Silva (flojo y descastado); Celestino Cuadri (poderoso y complicado); José Escolar (manso, soso y a menos); Adolfo Martín (bravo y encastado, pero se agotó) y Pablo Mayoral (mansurrón y complicado). Aníbal Ruíz, pitos y palmas; Jesús Millán, silencio en ambos; y Sergio Martínez, silencio y leves pitos.
Los toreros pasaron de puntillas. No eran diestros para un festejo así.
Abrió plaza un toro de Juan Luis Fraile que a la postre cumplió. Tomó tres puyazos donde se empleó y apretó. A la muleta llegó encastado, aunque reponía y no acabada de romper. Aníbal Ruiz anduvo breve, sin meterse con el de Fraile, sin garra. Mató muy mal y fue pitado.
El segundo fue un toro precioso de Moreno Silva que blandeó y llegó defendiéndose. Jesús Millán realizó una faena aseada y pulcra que no tuvo eco por la escasa transmisión del toro y la vulgaridad que puso el diestro.
El ejemplar de Celestino Cuadri saltó en tercer lugar. Un astado muy hondo y serio que salió con pies e hizo pasar apuros a Sergio Martínez. Le dieron una lidia desastrosa y la desconfianza del torero alcanzó límites de verdadera indecencia. El toro acometió con fiereza y el de Albacete que no se quedó quieto nunca, lo macheteó.
En cuarto lugar se lidió un toro de José Escolar, que se repuchó en varas y llegó a la muleta embistiendo a media altura con sosería. Aníbal Ruíz le compuso una labor populachera, sin recursos y sin la menor torería.
El toro de Adolfo Martín fue la cima del festejo. Un animal preciso, muy bravo de salida y que llevó a cabo un espectacular tercio de varas, con la grandeza de que se siempre se creció al castigo y fue a más. Seis varas desde el centro del anillo donde Comadrón se empleó mucho y fue siempre alegre y pujante al caballo. Hacía cosas excelentes humillando por abajo y siguiendo los vuelos de los capotes.
El público se emocionó y se puso en pie en varias fases. El toro empujó con clase siempre y recibió un excesivo castigo, donde se rompió en exceso y sangró demasiado. Con tres o cuatro varas hubiera bastado. Una pena. El bravo ejemplar de Adolfo tuvo una tanda de muletazos repitiendo con bravura, pero estaba agotado y terminó muy a menos. Millán estuvo muy generoso y puso voluntad, pero el toro se llevó para el desolladero mucho más de lo que se le sacó. Fue una equivocación. No hay toro que lo resista. En la Fiesta actual la muleta es esencial. Fue un gran toro, pero no se vio en todo su esplendor.
Cerró el festejo un moruchete de Pablo Mayoral muy orientado y con el que Sergio Martínez anduvo a la deriva y descentrado, sin intentarlo.
Los premios
Los premios otorgados constaban de 2.000 euros en metálico y una placa conmemorativa del festejo y quedaron así:
MEJOR TORO: “Comadrón”, de Adolfo Martín.
MEJOR PICADOR: Antonio Núñez “Alventus.”
MEJOR BANDERILLERO:Valentín Cuevas.
El toro ‘Comadrón’, según Adolfo martín
Adolfo Martín es un ganadero serio y honesto que sufre cuando las cosas no le ruedan como desea.
Vive para su ganadería y es por eso que está muy satisfecho con este triunfo en una plaza como Madrid. “Estoy muy contento. Ha tenido mucha repercusión. Cuando ocurre un hecho como este, el aficionado se interesa, y son muchas las llamadas que he recibido felicitándome por lidiar este gran toro”.
El ganadero de Galapagar tenía mucha fe en Comadrón. “Es hijo de un semental muy bravo en el caballo, número 91, y la vaca fue extraordinaria en el tentadero. He tenido hermanas suyas que se me han matado de lo que se han empleado en el caballo. Luego el toro tenía tres cosas esenciales para un concurso de ganaderías: trapío, reata y tipo, la hechura que tenía. Podía equivocarme, porque a veces pasa, pero esta vez no falló”.
El propietario de la divisa verde y roja define cómo fue este gran ejemplar premiado en Las Ventas. “Fue un toro muy bravo desde que salió, con fijeza y codicia. En el capote repitió mucho y siempre con la condición de humillar mucho”.
Pero para Adolfo Martín, los seis puyazos que recibió fueron “excesivos, ya que le dieron mucho y se le exprimió al máximo. A partir del segundo fue a más. Siempre se habla de tres puyazos, pero en este caso fueron seis. En la muleta tuvo una tanda muy buena, pero el toro se agotó por la paliza que llevaba. Me hubiera gustado que hubiera llegado más entero para verle más”.