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Sociedad EL RECORRIDo, que consta de siete estaciones, se prolonga durante cuatro horas

La Cofradía del Cristo del Buen Camino, preparada para la procesión de Jueves Santo

Los costaleros ensayan durante el año con este ‘cuerpo’ / a. o.
Los costaleros ensayan durante el año con este ‘cuerpo’ / a. o.
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Por tercer año consecutivo, la Cofradía del Cristo del Buen Camino sale a procesionar por las calles de Collado Villalba, tratando de volver a llevar a las calles esta tradición que se perdió allá por 1936.

La única hermandad de la localidad lleva meses trabajando para que este Jueves Santo todo salga a la perfección. Los niños ensayan con sus tambores, los costaleros han estado entrenando con el esqueleto de un paso del mismo peso, unos 500 kilos, y la sala de la parroquia de la iglesia de la Virgen del Camino está llena de cirios y velas que se repartirán entre los fieles que acompañen al Cristo durante el recorrido, que durará unas cuatro horas.

Una semana antes, uno de los miembros de la Junta constituyente de la Cofradía, que ya cuenta con 172 miembros, nos recibió para explicarnos algunas de las novedades que este año se podrán ver en la única procesión de Semana Santa en Collado Villalba.

El paso del Cristo del Buen Camino va precedido por una cruz guía de gran belleza. “La compramos en Jerusalén; cuando la encontramos, algunos de los cofrades estábamos al final de nuestro viaje por Tierra Santa y casi no teníamos dinero, pero comprendimos que teníamos que hacer un esfuerzo para traerla hasta aquí”, indica. Esta hermandad sobrevive a duras penas con la cuota anual (30 euros) y con los mercadillos que organizan algunos domingos a la salida del templo con objetos donados por los feligreses.

La cruz va acompañada a derecha e izquierda por dos faroles. Tras ella se sitúan los monaguillos, que portan incensarios para perfumar el recorrido. Más atrás se sitúan los niños, acompañados de algunos adultos, y a continuación aparece el estandarte de la Cofradía, que es otra de las novedades este año. La pieza, de un metro de ancho por 1,80 de largo, ha sido confeccionada de manera casi artesanal. Detrás, otro de los hermanos porta una campana, con la que se avisa a los costaleros de las paradas. Le sigue la sección de tambores, formada por niños y adultos, que el año pasado salió por primera vez. Ensayan todos los viernes durante tres o cuatro meses en una nave que les cede otro miembro de la Cofradía.

Más atrás figuran los nazarenos, conocidos como Hermanos de luz, vestidos con capirote blanco y túnica negra. Reciben este nombre porque llevan unas velas de unos cuatro kilos cada una. Y a la cabeza de todos, este año se llevará una cruz in memoriam en la que se apuntarán los nombres de los hermanos fallecidos y que este año saldrá por primera vez debido al fallecimiento de uno de los cofrades, Alfredo, enfermo de esclerosis lateral amiotrófica. “Sufrió muchísimo, pero para todos fue un ejemplo inmenso. Estaba paralítico, no podía moverse del cuello para abajo, y sin embargo cada vez que le visitábamos nos recibía con una sonrisa y aunque perdió la voz nos hablaba a través de señas y no estaba triste porque se fuese a morir, ni por los dolores, sino porque no podía hablar y lo que más le dolía era no poder transmitir a sus amigos la alegría con la que muere un hombre que tiene fe”.

Tras los nazarenos se sitúan 12 mujeres con mantilla española y las autoridades que escoltan al paso, que es portado por 18 costaleros, nueve a cada lado; además, habrá otros tres de refresco para ayudar por si alguno de ellos tiene alguna incidencia. La procesión es cerrada por el párroco, y tras él todos los feligreses que quieran seguir el recorrido.

Hay que destacar que el paso pesa 500 kilos, por lo que cada costalero soporta unos 30 y hay momentos que hasta 40 ó 50, como cuando se saca la imagen de la iglesia de la Virgen del Camino, un momento muy duro para el que se preparan durante todo el año, ya que tienen que arrodillarse y andar así durante unos metros debido a las dimensiones de la puerta del templo.

El recorrido, de cuatro horas de duración, consta de siete estaciones, paradas especificas. Este año, otra de las novedades es que por primera vez la procesión llega hasta la puerta de la iglesia de la Santísima Trinidad, que recibirá al paso abriendo las puertas y cuyos feligreses desde ese momento se unen a la procesión. Además, durante todas las paradas, uno de los hermanos, Gonzalo Burgos, cantará acompañado por un cuarteto.
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