Calificar ovejas y burros

Me pregunto yo, ¿se habrá arrepentido José Pablo González de haber comprado el Coto de Las Suertes? Y yo mismo me respondo que imagino que no, porque la verdad es que hizo pensar a mucha gente que realmente le importaba el medio ambiente y que iba a poner “coto” (es un chiste malo, lo reconozco) a los desmanes urbanísticos en este municipio. Muchos villalbinos le votaron ilusionados, imaginando en él a un tipo joven, político profesional y tal. Y esos votos le valieron para ser el caporal del pueblo.

Joder, José Pablo, es que las lías buenas. Es que no salimos de un túnel y ya estamos metidos en líos de ganado. A mí siempre me lo dice el abuelo de mi mujer, que vive en un pueblo ganadero: “No te metas en follones con el ganado ni con los terrenos de otro, porque eso acaba siempre con cuchilladas, con tiros de escopeta y con la Guardia Civil de por medio”. En fin, que la gestión, siempre la maldita gestión, le está haciendo mucho daño a González. Es normal que después de 10 años haya tropezones y errores, pero me parece que ahora ya no son tropezones, sino los últimos pasos aturdidos de un boxeador grogui que sólo quiere que llegue el fin del asalto cuanto antes. Y no está grogui por la oposición política a la que tan hábilmente ha conseguido domesticar, ni por los poderes ni asociaciones sociales y económicas en las que ha conseguido imponer a sus adláteres a modo de simples marionetas. Está grogui porque sabe que por la calle ya corre un “run run”, y eso le vuelve loco.