Punto de vista
Crisis y pesimismo
Cándido Millán
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Tengo la impresión de que, como consecuencia de la crisis, en buena parte de la sociedad española se ha extendido como una marea negra un pesimismo paralizante, propiciado en buena parte por numerosos medios de comunicación. Nadie cuestiona su misión de informar, lo que ya no me parece conveniente es el presentar un panorama truculento, así como un horripilante futuro de nuestra economía.
Leer hoy un periódico, escuchar un programa de radio o televisión, supone inevitablemente que si un día está mal, al siguiente la situación es peor. Estas visiones tan pesimistas, y en numerosas ocasiones sesgadas, entiendo que tienen una clara intencionalidad política, cual es el desacreditar cuanto más mejor al actual gobierno socialista, con el objetivo de desalojar en un futuro próximo a Rodríguez Zapatero del Palacio de la Moncloa. Esos interesados comentaristas podrán alardear de patriotismo, podrán decir lo que quieran, pero tal como transmiten las malas noticias económicas, denotan un regocijo y un regodeo insultantes. Como también pueden oírse en algunos ciudadanos comentarios parecidos a éste: “Que se jodan aquellos que se han quedado sin trabajo, eso les está bien merecido por haber votado a los socialistas”. No quiero dedicar una línea a comentar estos comportamientos. Se comentan por sí solos. Sin negar la gravedad de la crisis, cuyo mayor síntoma es el aumento del paro, lo que no debemos olvidar es que en el sistema capitalista crisis económicas las ha habido y las seguirá habiendo. Ahí tenemos la Depresión de los años 30 del siglo pasado, en la que se produjo una reducción de la producción industrial, caída de la bolsa, quiebras bancarias, así como un incremento del paro. Y se salió de ella. Como también se saldrá de esta. Porque, como dice el refranero popular, no hay mal que cien años dure.
Mas para remontar esta situación, debe producirse un consenso general en la sociedad española, de que se puede salir de ella. Ya vale de pesimismo. El mundo no se acaba. Hay que ver el futuro con otra perspectiva más positiva. Con autoflagelarnos no conseguimos nada. Como tampoco con echarnos la culpa los unos a los otros sobre el desencadenamiento de la crisis. El gobierno culpa a los bancos. Los bancos y la oposición al gobierno. Los españoles al gobierno, a los bancos, a los empresarios, y a nosotros mismos por haber gastado más de la cuenta, por lo que estamos endeudados hasta las orejas. Por este camino no se llega a ninguna parte. De momento, el gobierno no da con la receta, a pesar de los numerosos intentos para detener el paro ni el resto de los síntomas de la crisis, lo que tampoco parece importarle mucho a la oposición.
Debe erradicarse de una puñetera vez el que se utilice la crisis como arma arrojadiza en la batalla política. Deberían tener muy claro las principales fuerzas políticas que es más importante el sacar al país de la crisis económica que el ganar las próximas elecciones. Por ello, las dos principales fuerzas políticas (Partido Socialista y Partido Popular) deberían hacer un acto valiente de patriotismo.