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Denuncian el aumento de las actitudes violentas e intolerantes contra los conservacionistas

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
La violencia se ha convertido en algo demasiado habitual en este pequeño municipio de la Sierra de Madrid. Tras varias muestras de intolerancia y actos violentos en los últimos años, esta misma semana se ha vuelto a atacar otro vehículo de la familia de la ex concejala socialista Teresa García.

Tercer ataque en tres meses
El pasado mes de noviembre, el coche de esta ex edil y conocida conservacionista fue atacado con piedras, destrozando sus lunas. A las pocas semanas, el mismo vehículo volvió a ser objeto de las iras de los violentos. Los cristales y la chapa de vehículo de Teresa García aparecieron pintados de rojo, con insultos y claros mensajes contra los grupos antitaurinos, como definen a los promotores y defensores de la campaña Cambia toros por libros.

Desde que conservacionistas, grupos vecinales y políticos concienciados sobre este tema emprendieron la citada iniciativa, el ya enrarecido clima de este pueblo se hizo más irrespirable.

Una situación que no es nueva
Sin embargo, no se trata de algo nuevo. Entre los años 2004 y 2005, un pastor de Ávila llegó a estas tierras con más de 1.000 ovejas para pasar la invernada lejos de los fríos del norte, como es tradición entre los trashumantes. Sin embargo, aquel pastor, como le explicaron más tarde, “no sabía dónde se había metido”. Sus descuidos en el cuidado de sus animales y las denuncias sobre cacerías ilegales, que repitió en varias ocasiones, acabaron en amenazas y matanzas de animales. Al menos siete ovejas fueron tiroteadas y varios corderos robados. Sin embargo, el valor de este pastor sirvió para desmantelar una trama de caza furtiva de jabalíes en los montes que se extienden entre Colmenarejo y Villanueva del Pardillo. Aquel pastor recurrió al Ayuntamiento en varias ocasiones, pero según su versión, lejos de solucionarse su situación, derivó incluso en un presunto y confuso “caso de chantaje por el arrendamiento de las tierras a manos de un miembro de aquel gobierno municipal”.

Finalmente, decidió dejar esta localidad, pese a haber encontrado apoyo de varios vecinos y de los grupos conservacionistas.

Insultos frecuentes
Con el paso de los años, las relaciones en el municipio se han ido polarizando, como ha quedado demostrado en numerosas sesiones plenarias y reuniones de la fallida Agenda Local 21. En estos encuentros, celebrados en el salón de plenos del Ayuntamiento, es habitual escuchar agrios enfrentamientos e incluso insultos de algunos miembros del Equipo de Gobierno, o del público, contra ecologistas, agrupaciones vecinales o contra compañeros incluso de gobierno, como ocurriera en la anterior legislatura.

Esta tensión se ha incrementado desde que se puso en marcha la citada campaña contra las subvenciones a los festejos taurinos. Pero el malestar de este pueblo y sus gobernantes también se está reflejando en el goteo de abandonos que padece desde entonces APIC, el partido que gobierna en coalición desde hace más de 10 años. El caso de los enfrentamientos de la Policía Local con la alcaldesa, Isabel Peces-Barba, llevó a este municipio a permanecer sin este servicio durante noches y fines de semana, con una plantilla de baja laboral casi en su totalidad.

A esto le sucedió una extraña retirada del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), ampliamente rechazado por los vecinos. Retirada que se consumó para evitar la moción de censura que se podría venir encima tras la marcha de la edil Elena Rodríguez, que finalmente regresó al seno del Ejecutivo. Sin embargo, el caso de violencia que más llamó la atención el pasado año, por su brutalidad, fue la paliza que recibió una menor extranjera a manos de una compañera de instituto. Paliza que fue grabada por sus compañeras con los teléfonos móviles y que llegó a las televisiones de todo el país.

Moción de rechazo
Ahora, ante las amenazas y agresiones a los que denominan antitaurinos, la ex concejala del PSOE, que dejó el Gobierno local por no aceptar la forma de gobierno de APIC, ha recurrido a la alcaldesa. Teresa García pidió por escrito a la regidora que incluyera en el pleno una moción de rechazo contra estas preocupantes muestras de violencia e intolerancia. La alcaldesa ni contestó a esta solicitud, ni tampoco quiso que la Corporación se solidarizase con los agredidos. Ante esta postura de la regidora y el Equipo de Gobierno, los afectados están preparando una denuncia ante el Defensor de Pueblo.
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