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Luces y sombras

El Prisma y la financiación de los Ayuntamientos

Despidos polémicos en Villalba - En Valdemorillo, sin dinero pero con toros

Por Manuel J. Ortega
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
El Prisma y la financiación de los Ayuntamientos
La reforma de la financiación local es otra de las asignaturas pendientes del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Tanto es así que el Programa Marco elaborado por el Partido Socialista de cara a las elecciones municipales celebradas el 27 de mayo de 2007 era considerado fundamental a la hora de impulsar un acuerdo político destinado a fomentar la financiación de las tesorerías de los ayuntamientos, de forma coordinada y simultánea con las comunidades autónomas. Sin embargo, año y medio más tarde, la propuesta aún no ha prosperado, lo que ha obligado a muchas corporaciones locales a buscarse la vida para poder hacer frente, aunque sólo sea parcialmente, a sus numerosos compromisos económicos.
El Prisma y la financiación de los Ayuntamientos
Hace pocos días, un regidor serrano me comentaba los graves problemas económicos que tenía su municipio. “Los ayuntamientos siempre han estado en números rojos, pero esta crisis los está hundiendo. Y la culpa de esta situación no la tenemos los alcaldes, mal que les pese a aquellos que así lo insinúan. El problema es que en los últimos años nos han sido transferidas por decreto una gran cantidad de competencias que han provocado un aumento considerable de los gastos. Sin embargo, esa carga de gestión pública no ha sido correspondida proporcionalmente a través de una financiación adecuada, bien por parte de la Comunidad de Madrid, bien del propio Gobierno. Sé que ahora no es el mejor momento para reivindicar la manida reforma de la financiación local, pero si los ayuntamientos no conseguimos más ingresos que los derivados del cobro de impuestos y tasas, será mejor que empecemos a cerrar el chiringuito”.

El sentimiento es generalizado y así hemos podido saber que a día de hoy 99 de los 179 municipios que tiene la Comunidad de Madrid (entre ellos Galapagar y Alpedrete), han solicitado la pertinente autorización para destinar el 25 por ciento del Prisma correspondiente al plan 2008-2011 al pago de salarios de funcionarios y empleados, para atender las facturas de luz, agua teléfono y, cómo no, también las de los proveedores, una medida que a tenor de la situación en la que se encuentran muchas haciendas locales se nos antoja algo así como pan para hoy y hambre para mañana, porque aún corriendo el riesgo de que me tachen de pesimista (para optimista ya tenemos a Zapatero) cada vez estoy más convencido de que ese mañana va a ser más negro de lo que algunos políticos lo pintan.

Y, precisamente, mientras Zapatero sigue anunciando a bombo y platillo que su gobierno está al lado de los trabajadores y a favor del bienestar social, su compañero de partido y alcalde de Collado Villalba, José Pablo González, continúa haciendo de las suyas. La última, que yo sepa, está relacionada con el despido, sin previo aviso, de cinco trabajadores del Ayuntamiento, todos ellos con contratos indefinidos y uno recientemente elegido para ostentar el cargo de vicepresidente del Comité de Empresa. Eso sí, posteriormente el Ejecutivo convocó una rueda de prensa donde dijo que había tomado esta decisión por carecer de la consignación económica necesaria para que estos asalariados continuaran con sus tareas de docentes en los talleres de Garantía Social, justificación absurda cuando todos sabemos que los despedidos han venido realizando en los últimos años distintas actividades en el Consistorio. El Comité de Empresa mostró de inmediato su rechazo a los cinco despidos calificándolos de injustos y exigiendo al Equipo de Gobierno su inmediata readmisión. Más lejos han llegado algunos de sus compañeros al asegurar que todo esto se debe a una venganza por parte de los responsables del área de Personal, “porque algunos de los despedidos participaron en la destitución de José Luis Lagar, hasta hace un par de semanas presidente del Comité de Empresa, por no defender los derechos de los trabajadores y sí los del Ayuntamiento”.

La confrontación Comité - Ejecutivo parece servida, y todo invita a pensar que las relaciones entre ambos se van a deteriorar aún más de lo que estaban, pero lo que también nos parece preocupante es que estos despidos conlleven la eliminación de de un programa de formación de jóvenes en riesgo de exclusión, tan necesario, sobre todo en estos tiempos.

Con el cabo-jefe de Policía expedientado por una presunta utilización ilegal de la tarjeta de la BESCAM en la compra de gasoil (ha devuelto ya 850 euros); con Pivalde pisándole los talones a la alcaldesa (Carmen Villanueva, acaba de denunciar errores contables en dos préstamos del Ayuntamiento por importe de 3.250.000 euros) y con las arcas municipales más tiesas que la mojama, Valdemorillo se dispone a celebrar las fiestas patronales más tristes de los últimos años, ya que el Consistorio ha optado por gastarse todo el presupuesto (210.000 euros) en mantener su tradicional feria taurina. Y es que la crisis empieza a hacer estragos.
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