Alfredo fernández

Alguien va pagar los platos rotos, y casi seguro que los empresarios serán los que menos. Ya están llorando que los ayuntamientos quieren idénticos festejos que estos años con una subvención igual o incluso menor. Es cierto que algunos municipios que se nutrían básicamente de licencias urbanísticas ahora deben apretarse el cinturón y no tienen en sus arcas los mismos euros que antes.

Pero en ciertas localidades ha habido derroche presupuestario en la concesión de subvenciones millonarias a determinados empresarios, y ahora es tiempo de meter la tijera.

Pero no se lleven a engaños. Al final quienes pagarán todo esto serán los ganaderos, los toreros o los porteros... pero difícilmente saldrán perjudicadas estas empresas que se han venido lucrando abusivamente de dinero público, convirtiéndose en auténticos especuladores del entramado taurino, con el beneplácito de algunos políticos.

La crisis existe, pero no hay que dejarse engañar, porque bajo su manto se van a lucrar unos cuantos. No hay que fiarse. Ha llegado el momento de comprar corridas de toros y novilladas de rebajas, que para eso estamos en enero. El gran volumen de toros que se quedaron sin lidiar en 2008 hace que ahora estén a precios bajísimos. Si antes estas empresas ahorradoras y tacañas compraban barato, ahora ya ni qué decir.

Si se ofrecen menos festejos esto significa más volumen de toros en el campo, y alguna empresa lo tendrá a huevo para hacer su agosto. Con los toreros, igual. Ya tenemos noticias de las cantidades que se están abonando en algunas ferias del inicio de temporada. Corridas a precio de novilladas y novilladas a coste de verdadero saldo... y los políticos ignorantes ni se enteran. ¿Para quién va a ser verdaderamente esta crisis? Los oportunistas, claro, a seguir amasando más fortuna.