Recortes en las líneas ferroviarias
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Resulta llamativo que, mientras desde las administraciones se hace un llamamiento a la utilización del transporte público, en la práctica se estén llevando a cabo recortes en aquellos servicios que no son económicamente rentables. Así ocurre con la línea Madrid - Segovia de RENFE, que forma parte de la C-8, con parada en varias localidades de la Sierra (entre ellas Villalba, Mataespesa -Alpedrete- y Cercedilla) hasta llegar a la capital castellanoleonesa. Allí acuden a diario decenas de estudiantes que, con esta medida, que se han visto afectados por esta medida, hasta el punto de que el tiempo empleado en su trayecto se multiplica por dos e incluso por tres. ¿Es eso apostar por el transporte público? Frente a esto, llama la atención los proyectos para crear nuevas carreteras y proseguir con los desdoblamientos. Es cierto que en algunos casos son actuaciones necesarias y que han de beneficiar no sólo a los conductores de vehículos privados, sino también a los de autobuses, pero junto a esto no cabe descuidar la actual red de transporte público. La puesta en funcionamiento del tren de alta velocidad no puede servir como excusa para eliminar servicios regionales y de Cercanías, porque son estos los que más ayudan a los ciudadanos en su actividad diaria, y más cuando hablamos en buena parte de estudiantes que acuden a la Universidad de Segovia. Además, cabe añadir que la existencia de esta línea ferroviaria contribuye a vertebrar esta zona de la Comunidad de Madrid con la provincia vecina, con la que nuestra comarca ha estado vinculada históricamente. Atendiendo a esto, resulta indispensable que al empuje de algunas asociaciones, que ya han mostrado su rechazo a esta decisión, se una el de los ayuntamientos, con el objetivo de hacer frente común ante una situación que se debe corregir de inmediato. Por otra parte, esta noticia ha coincidido con el anuncio del plan de ampliación de la red de Cercanías de Renfe de Madrid, que finalmente se ha quedado en la mitad de lo que prometió en 2007 el entonces candidato socialista, Rafael Simancas. Un recorte que se ha producido sin que se hayan ofrecido mayores explicaciones.