La necesidad de la integración

El consejero de Inmigración y Cooperación, Javier Fernández-Lasquetty, acudió el lunes a Galapagar para firmar un nuevo convenio con el Ayuntamiento, que permita impulsar diversos programas encaminados a favorecer la integración de la población de origen extranjero, que en esta localidad serrana llega al 24 por ciento del total (el colectivo más importante es el marroquí, seguido del ecuatoriano, rumano y colombiano), siete puntos por encima de la media regional, por lo que la tarea no es precisamente sencilla. El dirigente autonómico hizo hincapié en una idea, y es que la cantidad destinada a estas actuaciones (156.000 euros) ha de verse como una inversión para mejorar la convivencia de todos los ciudadanos, por lo que se trata de una empresa que se ha de realizar de manera conjunta.

Galapagar ha dado muestras de su capacidad de acogida, del mismo modo que los propios inmigrantes se han integrado en la sociedad de manera efectiva, con ejemplos como la creación de una cofradía de Semana Santa. Pero conviene seguir dando pasos en esa dirección para acabar definitivamente con algunos prejuicios que todavía perviven en ciertos ámbitos, para lo que es fundamental actuar desde la escuela. De este modo, los programas que tienen que ver con la educación de los jóvenes en la interculturalidad, así como con la eliminación de todo tipo de violencia (y en especial de la que tiene en su raíz en actitudes racistas), se hacen indispensables para que estas iniciativas den el fruto deseado.

Uno de cada cuatro vecinos, explicó Fernández-Lasquetty, procede de otros países, pero de hecho se han convertido en ciudadanos de Galapagar con derechos y deberes, recordando en este sentido la importancia de que, junto a la respuesta de la población de acogida, los inmigrantes también hagan un esfuerzo por adaptarse a las costumbres y tradiciones locales, sin que por ello tengan que renunciar a las suyas. Sólo así nos embarcaremos en un proceso de enriquecimiento que cada vez se hace más necesario.